Dentro de todos los elementos que un empresario que desarrolle una actividad económica deben tener en cuenta, las cuentas anuales es uno de los conceptos básicos para entender el funcionamiento de cualquier entidad financiera, ya que son el conjunto de documentos contables que reflejan toda la información financiera de una empresa.
Una información que va enmarcada dentro de un ejercicio fiscal concreto, y que tiene un objetivo común de representar de forma fidedigna todo lo relativo al funcionamiento de dicha empresa, desde el patrimonio hasta los resultados a una fecha determinada, pasando también por la situación financiera de la propia empresa en un momento concreto del tiempo. Pero se trata de un concepto que cuenta con algunas peculiaridades.
Todo lo que hay que saber sobre las cuentas anuales a nivel empresarial
Dentro de todos los aspectos a tener en cuenta en el desarrollo de este concepto, destaca el hecho de que, salvo contadas excepciones, se trata de unos documentos obligatorios para todas las empresas, y que deben ser presentadas en el registro civil tras su elaboración. Sin embargo, es también importante remarcar los cuatro documentos que componen estas cuentas anuales a nivel empresarial.
En primer lugar, destaca el balance de situación, que se trata de un análisis que muestra la situación patrimonial de la empresa en un momento concreto. Un balance que se divide en dos partes: el activo, que recoge los bienes y derechos con los que cuenta una empresa, y el pasivo, que recoge las deudas y las obligaciones de la misma. La suma de ambas da como resultado el resultado financiero de la empresa en un momento concreto.
Posteriormente, la cuenta de resultados es también sumamente importante, ya que refleja los ingresos, gastos y beneficios de la propia empresa durante un ejercicio fiscal. Un estado que también se divide en dos partes. Primer, el resultado de explotación, que recoge todos y cada uno de los ingresos y gastos derivados de la actividad ordinaria de la empresa. Por otro lado, el resultado no operativo hace lo propio, pero en esta ocasión, con los gastos e ingresos derivados de actividad extraordinarias o menos habituales.
El tercer punto fuerte de estas cuentas es el estado de flujos de efectivo, que es un estado financiero que muestra las entradas y salidas de efectivo de la empresa durante ese mismo ejercicio fiscal. En esta ocasión, se reparte en tres actividades: la actividad operativa, la actividad de inversión y la actividad de financiación. Posteriormente, todo ello queda reflejado en la memoria, que es, a grandes rasgos, el documento que complementa a todos estos estados financieros, y ofrece una información adicional sobre dichos resultados, tales como los riesgos o las perspectivas futuras de la propia empresa.
A pesar de que pueda no parecerlo, estas cuentas anuales son un documento fundamental, pero no solo para los propios propietarios de la empresa. Es también indispensable para los acreedores, los inversores y los empleados de la empresa, que pueden tomar todo tipo de decisiones respecto al funcionamiento de la empresa. También lo es para las autoridades fiscales, ya que de este modo pueden controlar el cumplimiento de las propias obligaciones fiscales de cada una de las empresas.