Indexar: cómo se hace y en qué consiste

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Son muchos, prácticamente infinitos, todos los conceptos que se deben conocer para tener conocimiento en todo lo que respecta al ámbito económico. Y más allá de los muchos de los que ya hemos hablado, hoy hablaremos sobre el término ‘indexar’, que, en resumen, se basa en ajustar el valor de un activo a un índice de precios concreto.

Haciendo un análisis más exhausto, desde el punto de vista financiero, indexar es vincular el tipo de interés a una operación de crédito o un índice determinado. Algo que se puede llevar a cabo con un sinfín de actores económicos, tal y como pueden ser el índice de precios de consumo, el índice de bolsa, o el Euríbor. Pero son muchos los aspectos a desgranar sobre este término.

Todo lo que hay que conocer sobre el término ‘indexar’ en el ámbito financiero

En primer lugar, es primordial hablar sobre el objetivo fundamental de esta acción, que no es otro sino proteger el valor del activo en un momento determinado. Esto quiere decir que, a través de esta acción, los actores económicos que la llevan a cabo buscan que el valor de dicho activo mantenga su poder adquisitivo a pesar del paso del tiempo de manera indefinida.

Esta indexación se puede aplicar a muchos contextos económicos, pero son cuatro los fundamentales. En primer lugar, los salarios pueden indexarse al Índice de Precios al Consumidor, más conocido como IPC, para que los trabajadores no pierdan su poder adquisitivo debido a factores ajenos, como podría ser la inflación.

Las pensiones, por otro lado, también pueden indexarse al IPC con el mismo objetivo, que los jubilados no pierden ese poder adquisitivo. Sin embargo, también los préstamos pueden ser indexados, pero en este caso a un tipo de interés variable, como podría serlo el Euríbor. Pero, ¿para qué? Para que el valor del préstamo en cuestión se ajuste de forma fidedigna a las condiciones del mercado en un momento dado.

Por último, todos los activos financieros, como pueden ser los bonos o las acciones, también pueden ser indexados, en este caso a un índice bursátil, como lo es el Ibex 35, para que su valor se ajuste al rendimiento de mercado. Una acción que, como es lógico, tiene sus desventajas, como lo son la reducción de la flexibilidad de los contratos o la exposición a errores en la medición de aspectos como el IPC.

Sin embargo, son sus ventajas las que juegan un papel clave a la hora de desarrollar a la actividad, ya que se trata de una acción que no solo protege el valor de un activo respecto a la inflación, sino que también reduce la incertidumbre sobre el valor futuro de dichos activos y, además, por si todo esto no fuera suficiente, también facilita la comparación entre distintos activos.

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