Dentro de las muchas acciones que pueden ser llevadas a cabo en el ámbito financiero, especialmente relativa a las empresas, la escisión es una de las acciones más comunes. Se trata de un proceso inverso a la fusión, por lo que consiste, en líneas generales, una operación de reestructuración de sociedades financieras.
En este proceso, una sociedad financiera transmite su patrimonio a una o varias sociedades, ya sean de recién creación o algunas que ya existen desde un tiempo atrás. Esto quiere decir que a través de esta escisión puede o bien crearse una nueva sociedad a raíz de una actividad de la sociedad, o transmitirse una rama de actividad directamente a otra sociedad.
Todo lo que debes saber sobre la escisión en el ámbito financiero
No obstante, más allá de conocer que se trata del proceso inverso a la fusión, es importante identificar otros aspectos. En primer lugar, los dos tipos de escisiones que existen. La escisión total es un proceso en el que la sociedad en cuestión se extingue, de modo que su patrimonio se transmite en su totalidad a una o varias sociedades, determinadas sociedades beneficiarias.
En segundo lugar, la escisión parcial consiste en que la sociedad escindida no se extingue por completo, sino que simplemente transmite una parte de su patrimonio a otras sociedades. El resto de ese patrimonio es conservado por la sociedad escindida, de modo que sigue existiendo. Pero más allá de esto, es también importante identificar todos los pasos de los que consta este proceso.
En primer lugar, se debe llegar a un acuerdo de escisión, decisión tomada por la junta general de accionistas de una sociedad, que aprueban un acuerdo de escisión en el que están preestablecidas todas las condiciones de la operación. En algunos casos, de hecho, incluso se recurre a un informe de expertos, quienes envían un informe sobre la valoración del patrimonio a transmitir.
Posteriormente se procede a la publicación del acuerdo, ya que este debe ser publicado tanto en el Registro Mercantil como en el Boletín Oficial del Estado. Un proceso al que, por cierto, pueden oponerse los acreedores. El último paso consiste en la ejecución de la escisión, que se lleva a cabo una vez que se han cumplido los requisitos legales establecidos, y se finaliza con la transmisión del patrimonio de una sociedad a otra.
Pero, ¿qué motivos puede llevar a una sociedad a recurrir a esto? Lo cierto es que los motivos son bastante variados, empezando por una reorganización empresarial en busca de separar distintas líneas de negocio, una planificación fiscal que permita a la sociedad en cuestión diferir el pago de impuestos sobre las ganancias de capital, o, sin ir más lejos, la protección del patrimonio de una empresa frente a los acreedores de otra empresa del mismo sector.