Saldo: qué es y cuáles son sus tipos

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Dentro de los muchos conceptos básicos con los que podemos toparnos en el ámbito de las finanzas, el saldo es uno de los básicos, y que engloba a otros muchos conceptos que dependen de él. En resumidas cuentas, consiste básicamente en la diferencia entre los ingresos y los egresos de una cuenta en un momento concreto en el tiempo.

Dicho de otro modo, se trata del valor neto de una cuenta, que es, en resumidas cuentas, lo que queda en dicha cuenta después de restar todos los cargos a todos los abonos. No obstante, cabe remarcar que en muchas ocasiones el saldo no coincide con el saldo disponible, ya que a veces se tiene parte del primero para atender una orden de pago que aún no ha sido liquidada.

Todos los aspectos a tener en cuenta en torno al saldo

Más allá de ese saldo disponible, podemos diferenciar entre el saldo deudor, que es aquel que representa una deuda del titular de la cuenta con la entidad, que hace referencia a cualquier tipo de cargo en la cuenta, y el saldo acreedor, que es aquel que expresa una deuda de la propia entidad con el cliente, y que es una cantidad de la que el propio cliente podrá disponer.

Pero más allá de esto, es también importante remarcar los tres tipos de saldo con los que podemos toparnos. Comenzando por el saldo positivo, que es aquel que representa una cuenta que tiene más ingresos que egresos, lo cual quiere decir que hay dinero disponible en la cuenta. Y esto ocurre cuando las ganancias son superiores a los gastos.

Por otro lado, el saldo negativo indica justo lo contrario, que una cuenta tiene más egresos que ingresos, lo cual se traduce en una deuda, y da forma a lo que comúnmente conocemos como una cuenta en números rojos. Y, por último, podemos toparnos con el saldo cero, que engloba aquellas cuentas sin ingresos ni egresos, por lo que no tiene dinero disponible, pero tampoco deudas a las que hacer frente.

El saldo, más allá de los distintos tipos con los que podemos toparnos, es sumamente útil para llevar un control estricto de las cuentas bancarias, el cual los usuarios de una cuenta podrán comprobar a través de la aplicación móvil del banco, de los extractos bancarios, o mismamente a través de un simple cajero automático.

Además, se trata de un concepto fundamental en el ámbito financiero en lo que respecta al control de la contabilidad y las finanzas. No solo para los individuos que poseen una cuenta sino también para las empresas. A ambas partes, les permite no solo evaluar la situación financiera y tomar todo tipo de decisiones, sino que, además, les brinda la posibilidad de controlar el flujo de efectivo que entra y sale de la cuenta y, a mayores, llevar un registro sumamente preciso de los ingresos y los gastos de la cuenta en cuestión.

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