Agencia de calificación crediticia: qué es y qué papel cumple

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En el mundo económico y financiero, el riesgo juega un papel crucial en la toma de decisiones de inversores, gobiernos y empresas. Una de las herramientas más importantes para evaluar el riesgo de inversión en títulos de deuda, como bonos corporativos o gubernamentales, son las agencias de calificación crediticia.

Estas entidades especializadas se encargan de emitir una evaluación objetiva sobre la capacidad de una empresa, un gobierno o una institución financiera para cumplir con sus obligaciones de deuda. No obstante, existen muchos actores que juegan un papel clave en torno a este concepto, y hoy te explicaremos cuáles son todas las partes que componen estas agencias.

Todo lo que debes saber sobre las agencias de calificación crediticia

En primer lugar, cabe destacar que una agencia de calificación crediticia, también conocida como agencia de rating, es una entidad privada que analiza la solvencia y el riesgo de impago de empresas, gobiernos o instituciones que emiten deuda en los mercados financieros. Su principal función es otorgar una calificación, o rating, que refleja la probabilidad de que el emisor de deuda cumpla con el pago de intereses y del capital adeudado en los plazos establecidos.

Estas agencias no sólo califican empresas y gobiernos, sino que también evalúan la calidad crediticia de instrumentos financieros específicos, como bonos, préstamos estructurados o hipotecas. Las calificaciones pueden influir en las decisiones de los inversores, ya que determinan el nivel de riesgo asociado con una inversión. Y entre las agencias de calificación más influyentes y conocidas a nivel mundial nos topamos con Standard & Poor’s (S&P), Moody’s y Fitch Ratings.

No obstante, el proceso, aunque varía entre agencias, sigue unos pasos comunes. En primer lugar, la agencia recopila información financiera y económica sobre el emisor de deuda. Esto puede incluir datos financieros históricos, análisis de mercado, evaluación de políticas gubernamentales o incluso factores cualitativos como la calidad de la gestión empresarial.

Posteriormente se lleva a cabo un análisis de solvencia, en el que los analistas de la agencia evalúan la capacidad del emisor para cumplir con sus obligaciones de pago. Factores como la rentabilidad, los niveles de endeudamiento, los ingresos y el flujo de caja son fundamentales en este análisis, y en el caso de los gobiernos, se analiza la capacidad fiscal y la estabilidad económica.

Tras el análisis, la agencia asigna una calificación crediticia. Esta calificación suele estar en una escala alfabética, donde las calificaciones más altas indican menor riesgo de impago y las calificaciones más bajas indican un mayor riesgo de incumplimiento. Por último, estos analsisis están sujetos a una revisión continua para ajustar la calificación si es necesario. Factores externos, como cambios en las condiciones macroeconómicas o una caída en los ingresos de la empresa, pueden hacer que la agencia ajuste la calificación hacia arriba o hacia abajo.

Por todo ello, las agencias de calificación crediticia desempeñan un rol esencial en el sistema financiero global al proporcionar una evaluación objetiva del riesgo de crédito. Los inversores y las instituciones financieras continúan dependiendo de las calificaciones crediticias para medir el riesgo y planificar estrategias. Por ello, las agencias de calificación siguen siendo actores clave en el mundo económico, aunque con la creciente demanda de transparencia y responsabilidad en su labor.

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