El punto muerto, también conocido como punto de equilibrio, es un concepto clave en el ámbito económico y empresarial que indica el nivel de ventas necesario para que una empresa cubra todos sus costes, tanto fijos como variables, sin generar ni pérdidas ni ganancias. En otras palabras, es el momento en que los ingresos totales igualan los costes totales.
Se trata de un análisis es fundamental para las empresas, ya que les permite conocer cuántas unidades de un producto o servicio necesitan vender para alcanzar la sostenibilidad financiera. También ayuda a evaluar la viabilidad de un proyecto o a establecer metas de ventas realistas, por lo que tiene aplicaciones prácticas en la toma de decisiones estratégicas.
Por ejemplo, una empresa puede usarlo para ajustar precios, reducir costes o determinar si es necesario aumentar la producción. Además, en entornos competitivos, permite identificar el margen de seguridad, es decir, la diferencia entre las ventas actuales y el punto muerto. Por todo ello, el punto muerto es una herramienta esencial para garantizar la estabilidad financiera y guiar el crecimiento empresarial en mercados cada vez más exigentes.
