En el ámbito económico, son muchos los conceptos que juegan un papel fundamental. Sin ir más lejos, los préstamos son uno de los términos más importantes y que más aspectos engloban desde el punto de vista financiero. Y dentro de todos los tipos de préstamos que existen, los préstamos participativos son uno de los más importantes.
Un préstamo que solo se da en unas condiciones concretas, y que también conocido como préstamo subordinado, consiste en una financiación que se entrega únicamente a empresas, generalmente a aquellas pequeñas y medianas, y que se caracteriza por combinar características de deuda y capital. Pero engloba mucho más que esto.
Lo imprescindible que debes conocer sobre el préstamo participativo
Sin embargo, el primer punto a destacar son sus diferencias con el préstamo tradicional, destacando por encima de todas ellas el tipo de interés fijo y el plazo de amortización que lo caracteriza. Por ello, por encima de todos los demás, podrían destacarse cincos puntos básicos que caracterizan estos préstamos participativos.
Todo comenzando por el tipo de interés, que en estos préstamos participativos se caracteriza no solo por ser fijo, sino que, además, es superior al de un préstamo tradicional, lo cual implica que el prestamista asume un mayor riesgo al invertir. Por otro lado, el plazo de amortización también suele ser más largo que el que encontramos en un préstamo tradicional, pues se necesita tiempo para recuperar la inversión.
Por otro lado, el prestamista suele recibir una participación en los beneficios de la empresa, lo cual significa que recibirá un porcentaje de las ganancias que obtenga la empresa, más allá del interés derivado. También destaca el hecho de que el préstamo participativo suele estar subordinado a la deuda bancaria tradicional, lo cual significa que, en caso de quiebra en la empresa, los acreedores bancarios cobrarían antes que los prestamistas participativos.
Por último, pero no menos importante, la conversión en capital es la quinta y última característica de este tipo de bancos. Esto implica que, en algunos casos, el prestamista podría convertirse en accionista de la propia empresa. Por todo esto, estos préstamos participativos son la opción idónea para las empresas que necesitan financiación, pero no tienen acceso a los préstamos tradicionales por motivos principalmente económicos.
Esto viene dado por el hecho de que los préstamos participativos no requieren garantías personales, lo cual les brinda una flexibilidad mucho mayor de la que tienen los tradicionales. No obstante, entraña también algunos riesgos, como el hecho de que el tipo de interés pueda ser alto, y el prestamista pudiera llegar a tener una participación excesivamente alta en los beneficios de la empresa a medio y largo plazo.