¿Qué es y en qué consiste la prelación?

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En el mundo de las finanzas y la economía, el término «prelación» juega un papel crucial, especialmente en situaciones de insolvencia o quiebra. La prelación se refiere al derecho preferente que ciertos acreedores tienen sobre otros para recuperar su dinero cuando una empresa o entidad no puede cumplir con todas sus obligaciones financieras. Esta prioridad en el cobro es esencial para entender cómo se distribuyen los recursos limitados entre los distintos interesados.

La prelación es un principio legal y financiero que establece un orden de prioridad para el pago de deudas. En situaciones de insolvencia, no todos los acreedores tienen el mismo derecho a ser pagados en primer lugar. La prelación determina quién recibe el pago primero y en qué orden se satisfacen las deudas restantes.

Esto se aplica en diversos contextos, desde la liquidación de una empresa hasta los procedimientos concursales. Su objetivo principal es garantizar que ciertos tipos de deudas, consideradas más críticas o prioritarias por ley, sean satisfechas antes que otras. Por ejemplo, en muchos sistemas legales, las deudas tributarias y los salarios de los empleados tienen una prelación más alta que los préstamos no garantizados.

Importancia de la prelación

La prelación es vital para mantener el orden y la justicia en los procesos de insolvencia. Sin un sistema claro de prelación, los procedimientos concursales se convertirían en un caos, con todos los acreedores compitiendo agresivamente por recuperar su dinero. Esto podría llevar a la ineficacia y a una distribución injusta de los recursos limitados de una entidad insolvente.

Además, la prelación proporciona un marco claro para que los acreedores evalúen el riesgo asociado con prestar dinero o invertir en una empresa. Saber que tienen una cierta posición en la fila para recuperar su inversión puede influir en sus decisiones financieras y en las condiciones que imponen al otorgar crédito.

Tipos de acreedores y niveles de prelación

Los acreedores se dividen generalmente en varias categorías, cada una con un nivel de prelación diferente:

  1. Acreedores preferentes: Incluyen a las autoridades fiscales y a los empleados de la empresa. Sus deudas se consideran prioritarias debido a su naturaleza esencial y, por lo tanto, se pagan antes que otras obligaciones.
  2. Acreedores con garantía real: Son aquellos cuyos créditos están respaldados por una garantía específica, como una hipoteca o una prenda sobre bienes de la empresa. Estos acreedores tienen derecho a ser pagados con el producto de la venta de los bienes que garantizan sus préstamos.
  3. Acreedores ordinarios: Estos son los acreedores que no tienen ninguna garantía específica y cuyas deudas no se consideran preferentes. Incluyen a proveedores, prestamistas no garantizados y otros tipos de acreedores comerciales.
  4. Acreedores subordinados: Estos acreedores tienen la menor prioridad y solo reciben pago después de que todos los otros acreedores hayan sido satisfechos. Los inversores en acciones preferentes o subordinadas a menudo caen en esta categoría.

Procedimiento de prelación en la insolvencia

Cuando una empresa se declara en quiebra, se inicia un procedimiento concursal supervisado por un administrador concursal. Este profesional tiene la tarea de evaluar los activos de la empresa y distribuirlos entre los acreedores según el orden de prelación establecido por la ley.

El proceso generalmente sigue estos pasos:

  1. Evaluación de activos y pasivos: El administrador concursal identifica todos los activos y pasivos de la empresa. Esto incluye bienes tangibles e intangibles, así como todas las deudas y obligaciones pendientes.
  2. Clasificación de acreedores: Los acreedores se clasifican según su nivel de prelación. Cada categoría de acreedores se ordena en función de sus derechos legales y contractuales.
  3. Venta de activos: Los activos de la empresa se venden para generar los fondos necesarios para pagar las deudas. Los bienes que sirven como garantía para los acreedores con garantía real se venden primero, y los fondos obtenidos se utilizan para pagar esas deudas específicas.
  4. Distribución de fondos: Los fondos generados se distribuyen entre los acreedores según el orden de prelación. Los acreedores preferentes se pagan primero, seguidos por los acreedores con garantía real, los acreedores ordinarios y, finalmente, los acreedores subordinados.

Ejemplo de prelación en la práctica

Imaginemos una empresa que ha entrado en quiebra con los siguientes pasivos:

  • Deudas fiscales: 200,000 euros
  • Salarios de empleados: 100,000 euros
  • Préstamos garantizados por una hipoteca: 500,000 euros
  • Deudas con proveedores: 300,000 euros
  • Bonos subordinados: 150,000 euros

Si la empresa tiene activos por valor de 800,000 euros, el administrador concursal distribuirá estos fondos de acuerdo con la prelación:

  1. Se pagarán primero los 200,000 euros en deudas fiscales y los 100,000 euros en salarios de empleados.
  2. Luego, los 500,000 euros del préstamo garantizado por la hipoteca.
  3. Si quedan fondos, se pagarían las deudas con proveedores, pero en este caso no habría suficiente para pagar los bonos subordinados, que quedarían impagos.

La prelación es un concepto fundamental en el ámbito económico y financiero que asegura una distribución justa y ordenada de los recursos cuando una empresa no puede cumplir con todas sus obligaciones. Conocer cómo funciona la prelación permite a los acreedores tomar decisiones informadas y comprender mejor sus derechos y expectativas en caso de insolvencia. En última instancia, este principio ayuda a mantener la estabilidad y la confianza en el sistema financiero.

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