En el ámbito financiero, son muchos los términos económicos que se han adoptado del lenguaje anglosajón. Y entre todos ellos, el concepto Price Earning Ratio, más comúnmente conocido como PER, o, por su traducción al español, ratio precio-beneficio, es uno de los más importantes a tener en cuenta desde todos los puntos de vista.
A grandes rasgos, se trata del indicador financiero que se emplea para valorar las empresas que cotizan en bolsa. Para ello, hace hincapié en el número de veces que está contenido el beneficio por acción en el precio de mercado de una misma empresa. Y el objetivo gira en torno a remarcar la valoración que hace el mercado sobre la capacidad de generar beneficios de esa misma empresa.
Los factores imprescindibles a tener en cuenta sobre el PER
Sin embargo, este concepto va mucho más allá de esta simple definición, ya que el cálculo del PER sirve para muchas cosas. Entre ellas, este índice sirve para indicar cuánto están dispuestos a pagar los inversores por cada euro de beneficio que genera la empresa. Esto significa que un PER alto hará referencia a una empresa sobrevalorada desde el punto de vista financiero, mientras que un PER bajo indicará una empresa infravalorada.
Para calcular este índice, lo único que se debe hacer es dividir el precio de mercado de una acción entre los beneficios de cada una de estas acciones concretas. No obstante, también es importante remarcar que, como ocurre con casi todos los conceptos del ámbito financiero, esto es tan solo un indicador, y no es lo suficientemente fiable como para basar en él una decisión económica. Pero sí hay varios factores a tener en cuenta a la hora de calcularlo.
En primer lugar, hay dos fundamentales: el sector de la empresa, ya que el PER puede variar mucho en función de uno u otro sector, y también el tamaño de la empresa, ya que las pequeñas y medianas empresas suelen tener un PER mucho más alto que las grandes empresas, lo cual puede ser un aspecto determinante a la hora de tomar una decisión en lo relativo a la inversión o no inversión en una empresa.
No obstante, más allá de estos hechos, que son invariables, es muy importante también tener en cuenta las perspectivas de crecimiento de una empresa, ya que estas son lo que realmente determinará la rentabilidad de una inversión a largo plazo. Y como resulta lógico, las empresas con buenas perspectivas de crecimiento suelen tener un PER más alto que aquellas que tienen una perspectiva de crecimiento más reducida.
Por otro lado, otro aspecto que no muchos tienen en cuenta pero que también resulta fundamental a la hora de calcular este indicador es el tipo de interés. Como ocurre en casi todos los ámbitos del punto de vista financiero, los inversores siempre preferirán invertir en activos que tengan una mayor rentabilidad de cara al futuro. Y esto también es sumamente importante, ya que esté hecho puede afectar al PER y a la forma en la que éste es concebido tanto por las empresas como por los inversores.