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En el ámbito financiero, una Oferta Pública de Adquisión, más comúnmente conocida como OPA, es una operación financiera en la que una persona o jurídica ofrece a los titulares de acciones de una sociedad cotizada la compra de sus acciones a un precio determinado. De este modo, la persona, denominada oferente, recibe un beneficio económico de la sociedad objetivo.

Se trata de una operación que se lleva a cabo en el mercado de valores, y es siempre motivada por demandas excepcionales de acciones, las cuales permiten que una sociedad objetivo adquiera de forma rápida y sencilla una gran cantidad de acciones de una manera organizada. Algo que, si se realizase mediante operaciones ordinarias en bolsa, sería sumamente costoso. Pero son muchos los factores a tener en cuenta.

Todo lo que hay que saber sobre las OPA

En resumidas cuentas, el objetivo fundamental de esta OPA gira en torno a la obtención del control de la sociedad objetivo independientemente de las intenciones futuras, ya sea para adquirir una participación mayoritaria en su capital social, o bien para adquirir la totalidad de las acciones de dicha sociedad, con el objetivo de excluirla de la bolsa. Sin embargo, es importante tener en cuenta la regulación legal en la que se enmarcan estas acciones.

En España, la legislación relativa a las OPA se encuentra en la Ley de Mercado de Valores, y está regida por un estricto control, de la mano del cual se busca en todo momento proteger los intereses de los inversores minoritarios. Por otro lado, es importante también remarcar los distintos tipos de acciones que se pueden llevar a cabo. Por ejemplo puede darse una OPA voluntaria, en la cual el consejo de administración de la propia sociedad objetivo está conforme con la operación.

Sin embargo, también puede darse el caso de una OPA hostil, en la cual la operación se lleva a cabo a pesar de la oposición del consejo de administración de esa sociedad objetivo. En este caso, siempre y cuando las acciones que acepten la oferta superen al máximo solicitado, la OPA se llevará a cabo, pero si no llegan al mínimo, la OPA podría anularse.

No obstante, para que los accionistas vendan sus acciones, el precio que se ofrece en una OPA es superior al de la cotización de mercado en un momento dado. Esto significa que sería obligatorio lanzar una OPA sobre el 100% de las acciones siempre y cuando se cumplan tres supuestos imprescindibles para que la operación salga adelante. En primer lugar, la toma de control, que se basa en adquirir más del 30% de una sociedad cotizada u otras variantes contempladas por la legislación.

En segundo lugar, se puede dar también en caso de exclusión de cotización bursátil, es decir, cuando una empresa decide dejar de cotizar en bolsa, está enmarcado en la legalidad que la operación puede ser llevada a cabo. Por último, en el caso de reducción de capital, al tratarse de una modificación significativa de los estatutos, debe permitirse al 100% de los accionistas la posibilidad de poner en venta sus acciones.

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