Son muchos, prácticamente interminables, todos y cada uno de los conceptos económicos que juegan un papel fundamental en el ámbito empresarial. Entre todos ellos, juega un papel fundamental la Oferta Pública de Venta, más conocida por sus siglas OPV, que hace referencia a un mecanismo que tiene que ver con el capital social de las empresas privadas.
Para ser más exactos, hace referencia a un proceso en el que una empresa privada pone a la venta acciones de su capital social a un público general por primera vez desde su creación. Resulta fundamental, puesto que a partir de ese momento la empresa pasa a ser una sociedad cotizada, lo cual significa que sus acciones cotizan en bolsa, y pueden ser compradas y vendidas por los inversores.
Los aspectos fundamentales de una Oferta Pública de Venta
No obstante, es importante remarcar lo principal de este término: ¿Qué objetivos se esconden detrás de una Oferta Pública de Venta? El principal y más evidente es el de recaudar capital, puesto que de la mano de esta operación, la empresa obtiene unos fondos que emplea para financiar su crecimiento, la expansión de sus objetivos, el pago de todo tipo de deudas…
Sin embargo, también es importante para que los accionistas existentes aumenten su liquidez, ya que la práctica de vender sus acciones en bolsa es uno de los principales métodos de obtener liquidez de manera casi inmediata. Además, el hecho de cotizar en bolsa también supone una mejora en la imagen corporativa de la empresa, puesto que gana visibilidad y prestigio, lo cual es clave para atraer a nuevos inversores y socios.
Pero más allá de estos objetivos, es importante remarcar que al tratarse de una operación que consiste en la venta de valores ya emitidos, no se trata de una operación que forme parte del mercado primario. En este sentido, es también importante diferenciar entre dos tipos de OPV, comenzando por las más habituales, que son las Ofertas Públicas de Venta de acciones no cotizadas.
Estas son muy usadas en casos como puede ser la privatización de empresas públicas, y se emplean precisamente como fase introductoria a la cotización en bolsa de una empresa. Sin embargo, no se trata del único tipo de OPV con el que podemos toparnos, ya que existen también las Ofertas Públicas de Venta de acciones ya cotizadas, que consisten en que el accionista mayoritario se desprende de algunas o todas las acciones de una empresa, para ponerlas a disposición del público.
Sin embargo, a pesar de tratarse de una vía idónea para que las empresas recauden capital y puedan crecer, no es recomendable llevar a cabo una OPV en todos los casos. Y entre los factores a tener en cuenta, el tamaño de la empresa es fundamental, pues cuanto más asentada se encuentre en el mercado más probabilidad existe de que haya una OPV exitosa, así como las condiciones del mercado y el interés de los inversores juegan un papel fundamental a la hora de que cada empresa decida llevar a cabo o no una de estas operaciones.