Obligaciones subordinadas: qué son y cuál es su función

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Las obligaciones subordinadas son un tipo de instrumento financiero emitido por empresas y entidades financieras, que se caracterizan por su posición en la jerarquía de pagos en caso de quiebra o liquidación de la entidad emisora. Estos instrumentos se sitúan detrás de todos los acreedores comunes y los titulares de obligaciones simples, lo que significa que en una situación de insolvencia, los acreedores subordinados cobrarán solo después de que se hayan satisfecho las deudas con los acreedores preferentes.

Características principales de las obligaciones subordinadas

  1. Posición en la jerarquía de pagos: En caso de quiebra, los titulares de obligaciones subordinadas están en una posición inferior en la jerarquía de pagos. Primero se pagará a los acreedores preferentes, incluidos los titulares de obligaciones simples, y luego, si quedan fondos, a los acreedores subordinados.
  2. Riesgo y rentabilidad: Debido a su posición en la jerarquía de pagos, las obligaciones subordinadas son más riesgosas que otros tipos de deuda. Para compensar este mayor riesgo, suelen ofrecer una rentabilidad más alta.
  3. Plazo y liquidez: Las obligaciones subordinadas suelen tener plazos de vencimiento a medio y largo plazo. Además, su liquidez puede ser menor en comparación con otros instrumentos financieros, lo que significa que podrían ser más difíciles de vender en el mercado secundario.
  4. Emisores: Pueden ser emitidas tanto por empresas como por entidades financieras. En el caso de las entidades financieras, este tipo de deuda puede contar como parte del capital de nivel 2 (Tier 2) bajo las normativas de Basilea III, lo que ayuda a fortalecer su solvencia.

Ventajas y desventajas de las obligaciones subordinadas

Ventajas

  1. Alta rentabilidad: Al ser un instrumento de mayor riesgo, las obligaciones subordinadas suelen ofrecer tasas de interés más altas, lo que puede ser atractivo para los inversores que buscan mayores rendimientos.
  2. Diversificación de cartera: Invertir en obligaciones subordinadas puede ayudar a diversificar una cartera de inversiones, agregando una clase de activo que no necesariamente se comporta igual que las acciones o la deuda preferente.

Desventajas

  1. Mayor riesgo: La principal desventaja es el mayor riesgo asociado con su posición en la jerarquía de pagos. En caso de quiebra, existe una alta probabilidad de que los inversores en obligaciones subordinadas no recuperen su inversión.
  2. Menor liquidez: Estos instrumentos pueden tener menor liquidez en el mercado secundario, lo que puede dificultar su venta antes del vencimiento sin incurrir en pérdidas significativas.

Funcionamiento en caso de insolvencia

En situaciones de insolvencia o quiebra de la entidad emisora, el proceso de liquidación de activos sigue una jerarquía clara. Primero se satisfacen las deudas con los acreedores preferentes, incluidos los impuestos pendientes y los salarios de los empleados. A continuación, se pagan las obligaciones simples y otros acreedores comunes. Solo después de que estas deudas hayan sido satisfechas, se pagarán las obligaciones subordinadas, si quedan fondos disponibles.

Ejemplos prácticos

  1. Crisis financiera: Durante la crisis financiera de 2008, muchas entidades financieras tuvieron dificultades para cumplir con sus obligaciones. Los titulares de obligaciones subordinadas de algunos bancos afectados experimentaron pérdidas significativas debido a la posición inferior de estos instrumentos en la jerarquía de pagos.
  2. Normativa de Basilea III: En el contexto de las entidades financieras, las obligaciones subordinadas pueden contar como parte del capital de nivel 2 (Tier 2) bajo Basilea III. Esto ayuda a las entidades a cumplir con los requisitos de capital regulatorio, fortaleciendo su solvencia y capacidad para absorber pérdidas.

Regulación y normativa

Este tipo de obligaciones están reguladas por las normativas financieras y de valores de cada país. En el contexto de la Unión Europea, por ejemplo, estas normas están alineadas con las directrices de Basilea III, que buscan fortalecer la regulación, supervisión y gestión del riesgo en el sector bancario. Además, los prospectos de emisión de estas obligaciones deben proporcionar información detallada sobre los riesgos asociados, la jerarquía de pagos y las condiciones de la emisión, para asegurar que los inversores estén plenamente informados antes de tomar una decisión de inversión.

Las obligaciones subordinadas son instrumentos financieros que ofrecen una rentabilidad más alta a cambio de un mayor riesgo. Si bien su posición en la jerarquía de pagos las hace más arriesgadas que otros tipos de deuda, pueden ser una opción atractiva para los inversores que buscan diversificar su cartera y obtener mayores rendimientos. Sin embargo, es crucial que los inversores comprendan plenamente los riesgos involucrados y consideren su tolerancia al riesgo antes de invertir en estas obligaciones. Con la debida diligencia y un enfoque informado, las obligaciones subordinadas pueden ser una herramienta valiosa en la gestión de inversiones.

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