Fondos private equity, ¿qué tipos de inversión representan?

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Dentro de los muchos anglicismos que juegan un papel importante en el mercado financiero, posiblemente el término private equity sea uno de los más desconocidos a nivel global. Conocido por su traducción al castellano como capital privado, engloba a un tipo de activos que consisten en inversiones en empresas no cotizadas en bolsa.

Un tipo de inversiones que son realizadas en el mercado por los denominados fondos private equity, que son todas aquellas entidades que captan capital procedente de todo tipo de inversores institucionales acaudalados, con el objetivo de invertir en las ya mencionadas empresas. No obstante, son muchos aspectos los que se deben tener en cuenta respecto a este término.

Todo lo que debes saber sobre las inversiones en private equity

En primer lugar, es importante remarcar que los fondos de private equity son aquellos que buscan invertir principalmente en empresas con gran potencial de crecimiento, ya que el objetivo es superar unos retornos que se encuentren por encima de la media en el mercado financiero. Y para ello, buscan tener un gran control en la gestión de las empresas en las que invierten, a través de una participación significativa en el capital de la misma.

Por esto, el objetivo de estos fondos de private equity consta de dos fases: en primer lugar, buscan aumentar el valor de la empresa en la que invierten en un periodo que suele durar entre cinco y diez años. Posteriormente, una vez que el crecimiento ya se ha materializado, tratan de vender sus participaciones en la empresa y generar un beneficio, ya sea a través de una salida a bolsa o de una venta a otra empresa.

Sin embargo, también resulta fundamental remarcar que se trata de unas inversiones ilíquidas, lo cual significa en el ámbito financiero que se trata de inversiones que son difíciles de vender, por lo que el inversor debe ser paciente y esperar durante un periodo de tiempo considerable antes de poder sacar estas acciones al mercado.

Pero no se trata de un tipo de inversión que destaca únicamente por requerir una enorme paciencia, sino que se trata de operaciones de alto riesgo, ya que, a pesar de que este tipo de inversiones pueden ofrecer retornos sumamente altos, porque las empresas no cotizadas tienen un mayor potencial de crecimiento, el valor de estas empresas es volátil, por lo que puede traducirse en pérdidas para los inversores.

Y es que de entre todos los factores a los que está sujeto el desarrollo de estas empresas, destacan algunos fundamentales como la situación socioeconómica o la competencia con otras empresas, además de, lógicamente, la gestión de la propia empresa. Precisamente por esto, los inversores que hacen acto de presencia en este tipo de operaciones suelen ser inversores institucionales, ya sean fondos de pensiones, compañías de seguros y, en algunos casos, también inversores individuales pero acaudalados.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp