Dentro de los muchos conceptos que intervienen en la actuación económica entre todo tipo de partes, los intermediarios financieros son uno de los actores que juegan un papel fundamental. Unos actores que, básicamente, son todas aquellas entidades que se encargan de actuar como intermediarios entre prestatarios y prestamistas.
A grandes rasgos, este concepto engloba a las instituciones especializadas en la mediación entre todas las partes, tanto las que desean invertir sus fondos, como aquellas que buscan tomar fondos prestados. Por ello, y en resumidas cuentas, su función gira en torno a la canalización de los fondos de los ahorradores hacia los inversores, haciendo que esto sea una transacción eficiente y segura, así como, del mismo modo, tienen una gran importancia en lo relativo al crecimiento económico, ya que canalizan los fondos en dirección a sectores más productivos.
Los grupos en los que se engloban los intermediarios financieros
A la hora de mediar entre dos partes, es importante remarcar el hecho de que podemos dividir a los intermediarios financieros en dos grandes grupos. En primer lugar, destacan los intermediarios financieros bancarios, dentro de los cuales, lógicamente, destacan los bancos. Unos bancos cuya función principal en este ámbito es captar los fondos del público a través de depósitos, para ofrecerles a cambio una amplia gama de servicios: préstamos, créditos, hipotecas…
Dentro de este mismo grupo, también es importante destacar las cajas de ahorro, las cuales son entidades financiares muy similares a los bancos en cierta medida. Sin embargo, a diferencia de estos bancos, las cajas de ahorro están especializadas en la captación de ahorro, especialmente vinculada a la financiación de la vivienda, por lo que el fin es muy distinto al de los propios bancos.
La otra gran categoría engloba a aquellos intermediarios financieros no bancarios, una sección que engloba a un número mayor de actores, por lo que su función puede ser más compleja. Y en primer lugar, destacan las sociedades de valores, que son aquellas entidades que se dedican a la intermediación en la compraventa de valores, un concepto que engloba acciones, bonos y fondos de inversión.
También destacan las empresas de seguros, que como todo el mundo sabe, son esas entidades que ofrecen pólizas a los clientes que contratan sus servicios con un objetivo de protegerse de todo tipo de situaciones adversas o nocivas, como podría ser un accidente, una enfermedad, cualquier daño a una propiedad privada o incluso la muerte.
Por último, las sociedades de capital de riesgo son el último de estos intermediarios financieros no bancarios, y giran en torno a la inversión que estas entidades realizan sobre todas aquellas empresas recién creadas o en fase de expansión, con el único objetivo de proporcionarles capital o asesoramiento, asegurando el correcto desarrollo de la propia empresa mientras que, a cambio, reciben una serie de ingresos derivados de sus servicios.