Fondos de gestión alternativos: funciones y distintos tipos

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En el panorama financiero actual, los inversionistas tienen a su disposición una amplia gama de productos para diversificar su portafolio. Uno de los instrumentos que ha ganado relevancia en las últimas décadas son los fondos de gestión alternativos, también conocidos como fondos de inversión alternativa, y jugando un papel fundamental en el ámbito económico.

Estos fondos ofrecen oportunidades de inversión que van más allá de los activos tradicionales, como acciones y bonos, y son una herramienta utilizada tanto por inversores institucionales como particulares para obtener rendimientos atractivos en entornos de mercado volátiles o inciertos.  No obstante, hay que conocer muchos aspectos para conocer bien el funcionamiento de estos fondos.

Todo lo que debes saber respecto a los fondos de gestión alternativos

A grandes rasgos, un fondo de gestión alternativo es un vehículo de inversión que busca obtener rentabilidades mediante el uso de estrategias no tradicionales, como el arbitraje, la venta en corto, el uso de derivados financieros o el apalancamiento. A diferencia de los fondos de inversión convencionales, que suelen centrarse en la compra de acciones, bonos u otros activos fácilmente accesibles en los mercados, los fondos alternativos se dirigen a clases de activos menos convencionales, como bienes raíces, materias primas, capital privado, y activos financieros derivados, entre otros.

En este sentido, los fondos de gestión alternativa permiten a los inversionistas acceder a mercados o instrumentos a los que normalmente no tendrían acceso mediante inversiones tradicionales. Aunque estos fondos suelen estar dirigidos a inversores con un mayor capital o experiencia, en los últimos años se han abierto opciones para inversores particulares, sobre todo a través de fondos mutualistas o vehículos especializados. Y dentro de este tipo de fondos, destacan cuatro.

Los hedge funds o fondos de cobertura son probablemente los más conocidos dentro del ámbito de la gestión alternativa. Utilizan estrategias agresivas para obtener beneficios en mercados tanto alcistas como bajistas. Los hedge funds emplean tácticas como la venta en corto, el apalancamiento, y la inversión en derivados. Dado su carácter altamente especulativo, estos fondos tienen un nivel de riesgo superior a los fondos de inversión tradicionales.

Los fondos de capital privado invierten en empresas que no cotizan en la bolsa, normalmente adquiriendo participaciones mayoritarias para influir en su gestión y luego revenderlas tras mejorar su rentabilidad. Esta inversión suele ser a largo plazo y se realiza en compañías con alto potencial de crecimiento o en aquellas que requieren reestructuración para aumentar su valor.

Los fondos de bienes raíces invierten en activos inmobiliarios, ya sea a través de la compra de propiedades directamente o mediante la inversión en acciones de empresas del sector inmobiliario. Estos fondos buscan generar ingresos mediante el alquiler, la apreciación de los inmuebles o la venta de propiedades a precios superiores a los de compra.

Los fondos de commodities invierten en materias primas como petróleo, metales preciosos, productos agrícolas o energía. Este tipo de fondo es útil para aquellos inversores que buscan diversificar su portafolio y protegerse contra la inflación, ya que el valor de las commodities tiende a aumentar en períodos inflacionarios. Sin embargo, estos mercados pueden ser extremadamente volátiles, y los precios de las materias primas están influenciados por factores macroeconómicos difíciles de prever.

En definitiva, los fondos de gestión alternativos son una herramienta clave para los inversionistas que buscan diversificar su portafolio y acceder a clases de activos no tradicionales. Si bien pueden ofrecer rendimientos superiores y proteger contra la volatilidad del mercado, también presentan riesgos importantes, como la falta de liquidez y los altos costos de gestión. Por ello, estos fondos suelen estar más indicados para inversores sofisticados o con una alta tolerancia al riesgo, que buscan maximizar su rentabilidad a largo plazo mediante estrategias avanzadas de inversión.

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