En el ámbito económico, el término filo se utiliza para describir una estrategia o posición que se encuentra en un estado de alto riesgo o tensión debido a su proximidad a una situación de quiebre o pérdida significativa. Por ejemplo, una empresa con finanzas frágiles puede operar al filo si una pequeña variación en las tasas de interés o en el tipo de cambio podría llevarla a la insolvencia.
De igual forma, los inversionistas que se arriesgan en mercados volátiles pueden estar en una situación de filo, esperando un cambio en el mercado que defina el éxito o fracaso de sus operaciones. Precisamente por ello, este concepto es relevante porque llama la atención sobre la importancia de gestionar riesgos, tanto en empresas como en inversiones personales.
Los economistas y analistas financieros a menudo advierten a sus clientes o empresas sobre el peligro de estar en el filo sin contar con una estrategia de respaldo o sin diversificación, ya que los movimientos bruscos en el mercado pueden rápidamente transformar una operación riesgosa en una pérdida significativa.