El factoring (o factoraje) es un contrato mediante el cual una empresa cede a una entidad financiera (factor) los derechos de cobro de sus facturas a cambio de un pago inmediato.
Funcionamiento
- La empresa vende sus facturas al factor.
- El factor adelanta a la empresa un porcentaje del valor de las facturas, generalmente entre el 80% y el 90%.
- El factor cobra a los clientes de la empresa el importe total de las facturas.
- El factor abona a la empresa el importe restante de las facturas, una vez deducidos los intereses y las comisiones.
Ventajas
- Mejora la liquidez: El factoring permite a las empresas obtener dinero de forma inmediata, sin tener que esperar a que sus clientes paguen las facturas.
- Reduce el riesgo de impago: El factor asume el riesgo de impago de los clientes.
- Simplifica la gestión de cobros: El factor se encarga de la gestión de cobros, liberando a la empresa de esta tarea.
Desventajas
- Coste: El factoring tiene un coste, que se compone de intereses y comisiones.
- Pérdida de control: La empresa cede el control de la gestión de cobros al factor.
- Posible dependencia del factor: Si la empresa depende del factoring para obtener financiación, puede llegar a ser vulnerable a las condiciones que imponga el factor.
Tipos de factoring
- Factoring con recurso: El factor puede reclamar a la empresa el importe de las facturas impagadas.
- Factoring sin recurso: El factor asume el riesgo de impago de las facturas.
¿Para quién es adecuado el factoring?
El factoring es adecuado para empresas que:
- Necesitan mejorar su liquidez.
- Tienen un alto volumen de ventas a crédito.
- Quieren reducir el riesgo de impago.
- No tienen recursos para gestionar la cobranza de sus facturas.