Un establecimiento financiero de crédito es una entidad especializada en ofrecer servicios financieros que no incluyen la captación de depósitos del público, como hacen los bancos. Regulados por el Banco de España, estos establecimientos se enfocan en actividades específicas como la concesión de créditos al consumo, préstamos personales, financiación de compras, emisión de tarjetas de crédito y leasing o arrendamiento financiero.
Por otro lado, dichos establecimientos juegan un papel clave en el sistema financiero, ya que ofrecen alternativas de financiación tanto para particulares como para empresas. Aunque no pueden recibir depósitos, obtienen recursos mediante emisiones de deuda, líneas de crédito bancario o capital propio.
La supervisión de estos establecimientos asegura que operen de manera transparente y cumplan con las normativas sobre protección al consumidor y prevención de riesgos financieros. En un entorno económico dinámico, los establecimientos financieros de crédito complementan la oferta bancaria tradicional, ofreciendo soluciones flexibles y adaptadas a necesidades específicas de financiación.