En el mercado internacional, la ECU, más conocida como European Currency Unit, fue una unidad de cuenta utilizada en Europa antes de la creación del euro. Surgió en 1979 como parte del Sistema Monetario Europeo, con el propósito de estabilizar las monedas europeas y fomentar la integración económica en la región.
No era una moneda física; en cambio, funcionaba como una referencia de valor basada en una canasta de monedas de los países miembros de la Comunidad Económica Europea. Cada país tenía un peso específico en la ECU, lo que ayudaba a reflejar la fortaleza relativa de cada economía, y durante las décadas de los ochenta y noventa, la ECU fue utilizada en transacciones financieras y como unidad de referencia en los presupuestos de la Unión Europea. Las empresas y los gobiernos la empleaban para emitir bonos y realizar transacciones internacionales sin los riesgos asociados a la fluctuación de monedas individuales.