A simple vista, crear una cuenta bancaria en la cual ingresar todo el dinero procedente de todo tipo de actividad financiera puede parecer una tarea muy sencilla y fácil de comprender. Sin embargo, en función de lo que el cliente pueda necesitar en un momento dado, es importante conocer todos los tipos de cuenta bancaria por los que se puede apostar.
Sin ir más lejos, en función de la actividad que vaya a desarrollar, de los intereses que quiera ubicar, o del control que quiera tener sobre su actividad financiera, existen tres tipos que destacan por encima del resto: la cuenta individual, la cuenta conjunta o la cuenta indistinta. Y hoy te explicaremos no solo las caracterÃsticas, sino los puntos a favor y en contra de cada una de ellas.
Cuenta individual, conjunta e indistinta: estas son sus claves
Y comenzaremos por la cuenta individual. Una cuenta que, como es lógico, se caracteriza por tener un solo titular en control exclusivo de todos los fondos. Dicha persona será la única que pueda llevar a cabo todo tipo de operaciones financieras, como transferencias o depósitos, además de ser el único que puede acceder a los estados de la cuenta, y sobre quien recaen las cuentas y obligaciones.
Entre los puntos a favor de este tipo de cuenta, destacan el control total y la privacidad que otorga al titular de dicha cuenta, ya que él será el único gestor y la única persona con acceso a su actividad financiera. Y, como es lógico, el principal punto en contra es la gran responsabilidad individual que recae sobre esta persona, que será quien asuma toda la responsabilidad de las actividades relativas a esta cuenta.
Continuando por las cuentas conjuntas, son aquellas en las que dos o más personas poseen la titularidad de la cuenta. Por ello, todos estos titulares tienen capacidad para llevar a cabo cualquier tipo de operación, asà como para también comprobar los estados de la cuenta, y asumir todas las responsabilidades de la misma, a diferencia de las cuentas individuales.
Sus ventajas respecto al primer tipo giran en torno a la colaboración financiera y a la protección mutua, ya que si una de las personas no está capacitada para hacer frente a las obligaciones de la cuenta, la otra u otras personas podrán cubrirle las espaldas. Sin embargo, como punto negativo destaca la posibilidad de desacuerdos en torno a la gestión de la cuenta, lo cual puede llevar a conflictos y supone una gestión algo más compleja que en las cuentas individuales.+
Por último, y como punto intermedio, están las cuentas indistintas. Una cuenta prácticamente idéntica a la conjunta, pero con la peculiaridad de que cada titular puede realizar todo tipo de operaciones de forma independiente, sin requerir en ningún momento la autorización de los otros miembros titulares de la cuenta para realizar ninguna transacción.
Su principal ventaja respecto a las otras dos es la enorme flexibilidad y agilidad que brinda a sus titulares a la hora de llevar a cabo cualquier tipo de operación, además de facilitar la administración de fondos tanto para gastos individuales como compartidos. Sin embargo, la gran desventaja de este tipo de cuenta es el mayor riesgo de fraude, puesto que al no requerir una autorización, existe la posibilidad de que uno de los titulares trate de lleva a cabo una operación poco ética, sin necesidad de comunicarlo con los demás.