El concurso de acreedores es un procedimiento legal en el ámbito económico que se aplica cuando una empresa o persona física enfrenta una situación de insolvencia, es decir, no puede cumplir con sus obligaciones de pago a sus acreedores. Este mecanismo, regulado por la legislación de cada país, tiene como objetivo principal garantizar que los activos del deudor sean gestionados de manera ordenada, buscando satisfacer, en la medida de lo posible, las deudas contraídas.
El concurso puede ser voluntario, cuando es solicitado por el propio deudor, o necesario, cuando lo inician los acreedores al constatar la insolvencia. Durante el proceso, un juez designa a un administrador concursal que supervisa las finanzas y las decisiones de la entidad en concurso.
El procedimiento busca, en primera instancia, llegar a un acuerdo con los acreedores mediante un plan de viabilidad que permita la reestructuración de la deuda. Y en caso de que esto no sea posible, se procede a la liquidación de los activos para repartir los fondos entre los acreedores según el orden de prioridad establecido por la ley.