Dentro de los muchos conceptos que juegan un papel importante en el ámbito económico, los cheques son una de las formas de pago más extendidas a nivel internacional. Sin embargo, con lo que muchos no cuentan en ocasiones, es con la gran variedad de cheques con los que podemos toparnos en el mercado, siendo los cheques a la orden uno de los más habituales.
También denominado como cheque nominativo, y tal y como lo define el artículo 120 de la Ley 19/1985 de 16 de julio, se trata de un medio de pago que permite al librador ordenar al banco pagar cierta cantidad de dinero al beneficiario. Con la peculiaridad, eso sí, de que debe aparecer el nombre y la firma del beneficiario en el reverso del cheque.
Todas las peculiaridades del cheque a la orden
Se trata de uno de los tipos de cheques más habituales junto a los cheques al portador. Del mismo modo, la diferencia entre ambos conceptos es sumamente sencilla de entender: mientras que el cheque al portador puede ser cobrado por cualquier persona que lo tenga en su poder, el cheque a la orden solo puede ser cobrado por el beneficiario, o bien por una persona autorizada por este.
La clave en lo relativo a este tipo de cheques se halla en el endoso, ya que es siempre el beneficiario el que escribe su nombre e imprime su firma en el mismo. Y podemos toparnos con dos tipos de endoso. En primer lugar, el endoso simple, en el cual el beneficiario escribe su nombre y firma, además de, lógicamente, indicar a quién desea que se le pague la cantidad de dinero indicada.
Pero, por otra parte, puede estar también el endoso en blanco, en la cual simplemente escribe su nombre y plasma su firma en el reverso del cheque, pero sin indicar a quién desea que se le pague ese cheque. En este caso, ¿quién recibe la cantidad de dinero en cuestión? Sencillo, puede ser cobrado por cualquier persona que tenga el endoso del beneficiario, independientemente de su identidad.
Entre las características que dan vida a este tipo de cheque, la fundamental es que se dirige a una persona determinada y, lo que es más importante, esa persona a la que se dirige la cantidad de dinero debe firmar el cheque. Y entre los aspectos que lo componen, destacan la cantidad de dinero a pagar, la fecha en la que el cheque es emitido, el lugar de pago y, por supuesto, el sello del banco en el que se llevará a cabo el pago.
Entre los motivos que pueden llevar a una persona a optar por esta alternativa destaca la mayor seguridad que posee este cheque respecto al cheque al portador, puesto que, aunque se pierda, no puede ser cobrado por cualquier persona que lo encuentre. Sin embargo, también es cierto que pone más complicaciones a la hora de cobrarlo, ya que requiere que el librador sea endosado por el beneficiario antes de poder cobrarlo.