A la hora de buscar una introducción en el mundo laboral, son muchos los aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta. Una larga lista de términos que debemos conocer para estar informado de todo lo que rodea al sector. Y los activos circulantes son uno de esos términos imprescindibles, pues son los que permiten a las empresas desarrollar sus actividades básicas.
A grandes rasgos, un activo circulante consiste en todos aquellos bienes o derechos que serán vendidos o consumidos a corto plazo dentro de un ejercicio económico, por lo general, en el plazo de un año. Y la importancia que entrañan gira en torno al hecho de que son aquellos activos que la empresa convertirá en efectivo de forma rápida y sencilla. Pero su función va mucho más allá de esto.
La importancia de los activos circulantes en una empresa
Este hecho, de por sí, no tiene una gran importancia. Pero sí la adquiere al remarcar que esta manera de conseguir efectivo de forma eficaz es un aspecto fundamental para que la empresa pueda financiar todas sus operaciones diarias en un momento determinado, y, de este mismo modo, pueda cumplir con todas sus obligaciones a corto plazo, por lo que su gestión es fundamental para la salud financiera de una empresa.
Por otro lado, resulta también fundamental conocer todos los tipos de activos circulantes que existen, destacando cuatro por encima del resto. En primer lugar, el efectivo y todos sus equivalentes, una categoría que no solo engloba al dinero en efectivo que la empresa puede tener en caja en un momento dado, sino también todos los depósitos a corto plazo en bancos y cualquier otro tipo de institución financiera.
Las cuentas por cobrar son la segunda categoría, y en este tipo de activos se incluyen todas las cantidades que los clientes deben a una empresa por bienes o servicios que ya han sido prestados. También los inventarios tienen una gran importancia, y esta categoría engloba todas aquellas materias primas, productos en proceso y productos terminados que la empresa tiene en su poder en un momento dado.
Por último, pero no menos importante, los activos de corto plazo también juegan un papel fundamental en lo que respecta a los activos circulantes. Y dentro de esta última categoría se incluyen las inversiones a corto plazo en su totalidad, tales como pueden ser los bonos acciones, que la empresa cuenta con vender en el ya mencionado plazo de un año.
Para asegurar su correcto funcionamiento, una empresa debe estar segura de que tiene suficientes activos circulantes para cumplir sus obligaciones a corto plazo. Sin embargo, del mismo modo, es imprescindible también tener cuidado en lo que respecta al hecho de tener muchos activos circulantes inmovilizados, ya que esto puede resultar contraproducente, pues podría reducir la rentabilidad financiera de una empresa.