Las acciones ordinarias, también conocidas como acciones comunes, son un tipo de título de propiedad que representa una participación en el capital social de una empresa. El comprador se convierte en accionista de la empresa y obtiene ciertos derechos.
Derechos como accionista
Derechos económicos
- Derecho a recibir dividendos: los dividendos son una parte de las ganancias de la empresa que se distribuyen entre los accionistas. La cantidad de dividendos recibida dependerá de la rentabilidad de la empresa y de la decisión de la junta directiva.
- Derecho a la cuota de liquidación: en caso de que la empresa se liquide, los accionistas tienen derecho a recibir una parte proporcional de los activos de la empresa, después de que se hayan pagado todas las deudas.
Derechos de voto
- Derecho a voto en las juntas generales de accionistas: los accionistas tienen derecho a votar en las decisiones importantes de la empresa, como la elección de la junta directiva, la aprobación de fusiones y adquisiciones, y los cambios en los estatutos de la empresa.
Otros derechos
- Derecho de preferencia en la suscripción de nuevas acciones: si la empresa emite nuevas acciones, los accionistas existentes tienen derecho a comprarlas primero, antes de que se ofrezcan al público en general.
- Derecho a asistir a las juntas generales de accionistas: los accionistas tienen derecho a asistir a las juntas generales de accionistas y a hacer preguntas a la junta directiva.
¿Cómo se compran acciones ordinarias?
Las acciones ordinarias se pueden comprar en una bolsa de valores a través de un corredor de bolsa. El precio de una acción se basa en la oferta y la demanda, y puede fluctuar a lo largo del tiempo.
¿Cuáles son los riesgos de invertir en acciones ordinarias?
Invertir en acciones ordinarias conlleva algunos riesgos, como:
- Riesgo de pérdida de capital: el valor de las acciones puede disminuir, lo que significa que podrías perder dinero si vendes tus acciones por menos de lo que pagaste por ellas.
- Riesgo de liquidez: las acciones ordinarias no siempre son fáciles de vender, especialmente si el mercado está bajando.
- Riesgo de dilución: si la empresa emite nuevas acciones, la participación de los accionistas existentes en la empresa se diluye.