Florentino Pérez tendrá que enfrentarse a GIC, Lazard y Blackrock para hacerse con Atlantia
El presidente del Real Madrid tendrá que desplegar todo su arsenal corporativo para pelearse con algunos de los principales fondos del mundo
El presidente de ACS, Florentino Pérez, es un empresario curtido en mil batallas. Su última cruzada pasa por lanzar una opa a Atlantia y, de esa manera, asegurarse el control absoluto de Abertis. El también máximo responsable del Real Madrid asumía que este viaje que no sería sencillo, pero lo que no esperaba era verse cara a cara con los principales fondos de la compañía de infraestructura italiana.
La sucesión de hechos ha sido la siguiente. A última hora de este miércoles se conoció que ACS está valorando lanzar una oferta de compra por la compañía italiana de movilidad y autopistas, que tiene un valor en Bolsa de más de 15.000 millones de euros, lo que supondría una de las mayores operaciones corporativas del mundo en lo que va de año.
Florentino Pérez confirmaba que tiene un acuerdo exclusivo con los fondos GIP y Brookfield en el cual ACS acabaría comprando la mayoría del negocio de concesiones de autopistas de Atlantia.
El siguiente acto ha sido que Blackstone se ha aliado con Edizione, el holding por el cual la familia Benetton controla el 33% de Atlantia, para hacer otra oferta y excluirla de Bolsa. Pero no llegan solos. Los principales fondos en el accionariado de la italiana estarían dispuestos a mostrar su apoyo a los Benetton, algo que dificulta de manera evidente la opa de Florentino Pérez.
En concreto, GIC (8%); HSBC (5%); Lazard (4%); y BlackRock (4%) están por la labor de dar su apoyo a Edizione para mantener el control de Atlantia. En este sentido, la opción de Florentino Pérez pasaría por centrarse en el importante volumen de ‘free float’ que tiene la compañía, aunque no siempre es sencillo ejecutar estos movimientos sin el beneplácito de accionistas institucionales.
La última de Florentino Pérez
El movimiento de Florentino Pérez viene de lejos. ACS ya intentó el año pasado llegar a un acuerdo con Atlantia para comprarle la sociedad con la que gestionaba casi 3.000 kilómetros de autopistas italianas por un importe de entre 9.000 millones y 11.000 millones de euros. No obstante, se trataba de una operación delicada en la que también intervenía el interés del Gobierno italiano, que es quien obligó a Atlantia a desprenderse de estas autopistas tras el derrumbe de un puente en Génova en 2018 que causó la muerte a 43 personas.
Finalmente, la sociedad fue vendida a un consorcio formado por el propio Gobierno italiano y los fondos Blackstone y Macquarie, por un máximo de 9.300 millones de euros. Fuentes financieras explican que esta venta supuso para Atlantia perder una buena parte de sus concesiones.
De hecho, su principal cartera de autopistas es la que está incluida en Abertis, que le aporta a Atlantia el 83% de su resultado bruto de explotación (Ebitda). Sus autopistas en Brasil, Chile y Polonia y sus concesiones de aeropuertos concentran el restante beneficio operativo.
En este contexto, ACS podría ganar una ventaja en cualquier posible negociación futura, al mostrar una mayor fortaleza operativa, sobre todo tras la venta a Vinci de su negocio industrial por 5.000 millones de euros, con una plusvalía cercana a los 3.000 millones de euros. Al menos, le serviría para hacerse con un paquete mayor de acciones en Abertis.