Científicos y profesionales de la salud piden a la UE que adopte «lo antes posible» el etiquetado Nutri-Score
Los firmantes defienden que el etiquetado nutricional Nutri-Score se basa en datos y estudios científicos, y que tiene como objetivo ayudar a los consumidores a elegir alimentos más saludables
Más de de 40 estudios científicos publicados en revistas científicas internacionales demuestran la efectividad, relevancia y utilidad que tiene para los consumidores y la salud pública el etiquetado Nutri-Score.
Es uno de los principales argumentos en el que se basan cientos de científicos y profesionales de la salud para pedir a la Comisión Europea la implementación “lo antes posible” de Nutri-Score en Europa.
La petición está firmada a título personal por 269 científicos europeos. La firman, además, 21 asociaciones que representa a cientos de expertos relacionados con la nutrición, la salud pública o la medicina preventiva, entre otras especialidades médicas. En total, los firmantes proceden de más de 30 países europeos.
Esta petición, dicen los firmantes, se realiza «en interés tanto de los consumidores como de la salud pública,» para que Nutri-Score se implemente como etiqueta frontal (no en el revés ni en la base de los envases) y de forma «armonizada y obligatoria» para los alimentos distribuidos en toda la Unión.
Una declaración en defensa de la evidencia científica en la que se basa Nutri-Score
Esta petición surge como respuesta a «grupos de presión poderosos, apoyados por algunos Estados miembros,» que están recurriendo a «declaraciones engañosas» para «desacreditar y contrarrestar» el etiquetado Nutri-Score, dicen los firmantes.
«Solo la evidencia científica debe guiar las decisiones políticas en el campo de la salud pública,» añaden, «y no a los intereses de los actores del poder económico o de los Estados miembros que los defienden.”
Algunas de estas críticas tienen que ver con lo que los profesionales de la salud consideran es una “mala interpretación” de Nutri-Score; como por ejemplo en el caso del aceite de oliva, que ha llegado a compararse con refrescos de cola o a interpretarse como «malo» o «suspenso» en Nutri-Score:
Sin embargo, explican los investigadores, «Nutri-Score no informa sobre la calidad nutricional de los alimentos en términos absolutos» sino en relación a productos equivalentes o sustitutos, y en relación a una cantidad determinada (100 mililitros o 100 gramos.)
Nutri-Score clasifica los alimentos como «sanos» o «no sanos”
Nutri-Score tampoco clasifica los alimentos como «sanos» o «no sanos”, como sí hacen otros sistemas: Nutri-Score ofrece información relativa a sí un producto es «más o menos» saludable en base al conjunto de la composición nutricional.
Nutri-Score sí permite comparar alimentos en tres supuestos:
- Alimentos que pertenecen a la misma categoría; por ejemplo, entre cereales muesli y cereales de chocolate; o entre lasaña de carne, de pescado o de espinacas.
- Alimentos iguales pero de diferentes marcas; por ejemplo, cereales muesli de una marca con cereales muesli de otra marca.
- Alimentos que pertenecen a diferentes categorías pero son sustitutivos o comparables en su uso; por ejemplo, bebidas para refrescarse (sólo el agua es A, en Nutri-Score), opciones de aperitivo o picoteo, o desayunos y postres.
En este sentido los firmantes consideran necesario realizar una «comunicación adecuada» sobre cómo utilizar Nutri-Score correctamente para «evitar malentendidos», por ejemplo relativos a que Nutri-Score no es un «sello de aprobación”
- Nutri-Score no recomienda el consumo de alimentos clasificados como A o B por ser «saludables»: en cambio destaca que, a la hora de elegir en el lineal del supermercado, los alimentos clasificados como A o B son preferibles a sus equivalentes o comparables que tengan una clasificación menor en Nutri-Score (C, D, E.)
- Nutri-Score no «suspende» a los productos clasificados como D o E, sobre todo cuando se trata de alimentos tradicionales como el jamón serrano o el aceite de oliva: pueden consumirse perfectamente como parte de una dieta equilibrada, pero Nutri-Score recomienda que se haga “en menor cantidad y frencuencia”.
- Nutri-Score es, por tanto, totalmente coherente con la dieta mediterránea.
Decenas de estudios científicos de larga duración respaldan el etiquetado Nutri-Score
Es importante destacar que, aunque Nutri-Score resulte nuevo para los consumidores, el desarrollo de su algoritmo se basa en estudios de larga duración y cobertura: algunos de los estudios que respaldan Nutri-Score se ha realizado a lo largo de más de una década y han contado con la participación de decenas y de cientos miles de participantes.
En Francia el estudio SU.VI.MAX analizó a más de 6.000 personas a lo largo de 13 años, mientras que el estudio NutriNet-Santé analizó a casi 50.000 individuos durante 6 años.
Ambos estudios demuestran que «el consumo de alimentos con una calificación más favorable en la escala Nutri-Score se asocia con un menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, incluyendo cánceres, enfermedades cardiovasculares, aumento de peso y alteraciones metabólicas.”
El estudio European EPIC analizó a lo largo de 15 años los hábitos alimentarios de más de medio millón de personas de 10 países europeos.
En España también se llevaron a cabo algunos de los estudios científicos de más larga duración y espectro poblacional en los que se basa Nutri-Score:
- El estudio SUN hizo el seguimiento de más de 20.000 personas a lo largo de 10 años.
- El estudio ENRICA observó también durante 10 años a más de 12.000 personas.
Ambos estudios se encuentran entre los que han demostrado que «el consumo de alimentos con clasificaciones Nutri-Score menos favorables se relacionando con una proporción mayor de mortalidad prematura, mortalidad por cáncer, mortalidad cardiovascular.”
Esta mortalidad relacionada con enfermedades crónicas no transmisibles (como la diabetes, ciertas enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer) puede reducirse «mejorando la calidad nutricional de lo alimentos», explicaba recientemente a Economía Digital la Dra. Pilar Galán, nutricionista y epidemióloga, que es precisamente el propósito de Nutri-Score.