Nuevo gobierno de Moreno: ortodoxo, económico y leal
El nuevo Ejecutivo andaluz regresará a una ordenación clásica de las consejerías, ampliará el número de carteras y escenificará guiños con sectores clave en la próxima legislatura
«Hay que gobernar como si estuviéramos en minoría. Como si tuviéramos los 26 diputados de antes«. Desde la noche del 19J, con una arrolladora mayoría absoluta de 58 diputados, Juanma Moreno no ha dejado de repetir lo que parece que se va a convertir en el mantra de esta legislatura que repite a su entorno: «gobernar con humildad», sin caer en la tentación del rodillo que tanto se asocia a las mayorías absolutísimas.
Desde el punto de vista de la gestión, Moreno contará con un Consejo de Gobierno que se estrenará a finales de julio. Con el calendario en la mano, la constitución del Parlamento será el próximo 14 de julio; una semana después, el 20 y 21, se celebrará la sesión de investidura de Juanma Moreno como presidente del Gobierno de la decimosegunda legislatura.
La idea sobre la que trabaja el presidente es que el martes 26 se pueda celebrar el primer Consejo de Gobierno, por lo que la toma de posesión de los nuevos consejeros habrá de realizarse el lunes 25, en el Palacio de San Telmo. Como suelen hacer todos los presidentes, e hizo el propio Moreno cuando tomó posesión en el cargo, apurará hasta el final para comunicar personalmente a los elegidos que le acompañen en este nuevo Ejecutivo andaluz. Como ya hizo en 2019, hará llamadas por teléfono a lo largo del fin de semana y en la misma mañana del lunes.
Hace unos días, un estrecho colaborador de Moreno recordaba a la prensa que en la pasada legislatura el consejero de Salud, Jesús Aguirre, recibió la llamada del presidente mientras veía el informativo de Canal Sur de la misma mañana en la que se celebraba la toma de posesión y a pocas horas de irse de viaje con su mujer. «Ahora mismo lo estoy viendo en Canal Sur, si no fuera porque me voy con el Imserso de viaje ahora, creería que me llama para nombrarme consejero, presidente», bromeó con Moreno el que, gracias a la proyección mediática derivada de la pandemia, se ha revelado como uno de los pesos fuertes y más apreciados del Ejecutivo saliente. Se da por hecho que la continuidad de Jesús Aguirre está garantizada en esta nueva etapa.
El presidente andaluz proyecta un Gobierno con más consejerías, con protagonismo de los perfiles económicos, volcado en la gestión y que haga guiños a esa parte de la sociedad, procedente de otras tendencias en comicios anteriores, que en esta convocatoria le ha confiado el voto a Moreno.
Desde el punto de vista financiero y económico, la salida ya confirmada por el Ejecutivo andaluz del consejero de Hacienda, Juan Bravo, designado por Núñez Feijóo vicepresidente de Economía del Partido Popular, deja un roto importante en el organigrama del nuevo gobierno andaluz. Si bien la mayoría absoluta y la comodidad con la que se va a aprobar el próximo presupuesto facilita todas las gestiones que tenga que hacer el nuevo consejero. De alguna forma, aunque Bravo no esté en el Gobierno, las recetas fiscales que diseñe desde Génova 13 llegarán y serán tomadas en cuenta en todos los territorios donde gobierna el PP.
Por tanto, el sello de Bravo estará en las cuentas, pero con un AVE de por medio. Moreno buscará, con todo, un perfil de solvencia y crédito para afrontar un escenario económico complicado en el contexto de incertidumbre por la guerra, la inflación, la subida de tipos de interés y las complicadas relaciones diplomáticas con los vecinos del Sur.
Entre las áreas económicas y relativas al empleo, la continuidad de Rocío Blanco, consejera independiente por Ciudadanos, se da por segura según las fuentes consultadas. Pese a que posiblemente se trate de una de las consejeras con menos proyección mediática y menos hábiles en el discurso parlamentario, su gestión ha sido alabada por el sector y, de hecho, la actualización de las políticas de empleo, modernización del SAE (Servicio Andaluz de Empleo) y relación con los autónomos ha sido uno de los fuertes de este Gobierno. Su aparición durante la campaña en un mitin del PP junto al consejero Jesús Aguirre sorprendió en sus filas. Marín ha defendido en todo momento que entiende que Moreno vaya a contar con algunos de los nombres que él fichó porque «en Ciudadanos hay mucho talento».
Asimismo, el próximo Ejecutivo contendrá también guiños a quienes se han mantenido leales a Moreno a lo largo de estos años. Uno de los nombres que suena con fuerza estos días es el del político sevillano Beltrán Pérez, que fue la pieza a sacrificar en la lucha por el control del PP de Sevilla que enfrentó al tándem Moreno-Bendodo con Teodoro García Egea-Virginia Pérez (Presidenta del PP de Sevilla y tres en las listas al Parlamento por esta provincia). Candidato a la alcaldía de Sevilla, Beltrán Pérez tuvo que ceder su puesto a José Luis Sanz, un candidato que Moreno aceptó a regañadientes y que pasó sin pena ni gloria por el Congreso Nacional del PP, a pesar que se celebraba en su plaza.
En la campaña, Beltrán ha hecho un ejercicio de cercanía con el presidente y ha multiplicado sus gestos en las redes sociales. Según fuentes consultadas, Moreno le habría garantizado un puesto en el organigrama de la Junta, ya que también se quedó fuera de las listas que diseñó Virginia Pérez. Hay voces que lo señalan como próximo consejero de Cultura, en sustitución de la también sevillana Patricia del Pozo, que suena con fuerza como próxima presidenta del Parlamento, de la que ya fue vicepresidenta.
Regreso a una ordenación clásica de las consejerías
En cuanto al número de consejerías, el Gobierno saliente tiene un total de 11 y la previsión, según las fuentes consultadas, es que haya «mínimo dos más». La idea con la que se estrenó este gobierno en 2019 fue la de reducir el número de carteras para dar una sensación de austeridad y contención del gasto público, en comparación, criticaban, con «el despilfarro socialista». Pero al poco esto, este recorte en el número de consejerías se reveló como ineficaz y a la vez una falacia. En una comunidad con 8,5 millones de habitantes, la más poblada de toda España, una de las más extensas y con ocho provincias, las macroconsejerías como la del vicepresidente Juan Marín, que acumula las áreas de Justicia, Turismo y Regeneración Democrática, así como la de Ganadería, Agricultura, Pesca y Desarrollo Sostenible, era, sobre el terreno, gigantes imposibles de abarcar para los delegados territoriales.
Ya en diciembre de 2020, el Gobierno andaluz concluyó la ampliación del número de delegados provinciales de las consejerías, reordenación que justificó para «ganar eficacia». Ampliación tras ampliación, el Ejecutivo autonómico ha terminado por tener más delegados en cada provincia que número de consejerías, y es que la de Agricultura y Medio Ambiente cuenta con dos y el vicepresidente Juan Marín, con otro par. Los titulares de Economía y de Empleo, Rogelio Velasco y Rocío Blanco, han compartido esta legislatura, sin embargo, el mismo delegado territorial en cada provincia.
Por tanto, en el próximo Ejecutivo se plantea un regreso a una ordenación de carteras más ortodoxa, por lo que se da por hecho que habrá una Consejería de Justicia al margen de los contenidos de Turismo, que en esta legislatura siempre se vio con malos ojos por parte del poder judicial, especialmente celoso de tener un consejero atento a sus demandas, puesto que la Administración autonómica es la que vela por la dotación de medios y personal a los juzgados.
Si las competencias de Justicia van a estar solas o ligadas al área de Presidencia e Interior depende del perfil que designe Moreno como escudero y mano derecha en su gabinete, como lo ha sido hasta ahora Elías Bendodo, que este martes, como ya se conocía, admitía que estaba ya en los últimos días en el Gobierno andaluz, en el que ha sido, sin lugar a dudas, figura clave en la proyección del liderazgo de Moreno y a su vez, esencial en el engrasamiento de las relaciones con los socios de Gobierno, con Ciudadanos y su líder Juan Marín especialmente, pero también como ejecutor del acuerdo de legislatura con Vox.
No en vano, el consejero de Presidencia pasa por ser el encargado, en cada consejo de Gobierno, de ordenar los contenidos y medidas que se llevan a cada sesión y con ello marca el sentido político de cada una de las reuniones, que en este tiempo que se abre servirá también como azote de las políticas de Pedro Sánchez pues Feijóo se apoyará en el reflejo del Gobierno andaluz para confrontar con el Gobierno de España.
Como ya publicara Economía Digital, Antonio Sanz, actual viceconsejero de Presidencia e histórico dirigente popular desde los tiempos de Javier Arenas como líder del PP andaluz, es uno de los nombres que más suenan en las quinielas para este puesto, para el que se requiere también un cariz institucional y de habilidad en el trato con administraciones, cargo para el que el político gaditano tiene sobradas dotes, ya que fue, hasta la moción de censura que echó de la Moncloa a Rajoy, delegado del Gobierno en Andalucía. Si bien su nombre no suena en ningún caso como próximo portavoz del Gobierno, que esta vez podría recaer en alguien ligado a la profesión, como solía ser habitual en los Ejecutivos socialistas.
«Quien sale en las quinielas, se quema»
Entre las consejerías que se desdoblan, estaría la de Ganadería, Pesca, Agricultura y Desarrollo Sostenible que dirige Carmen Crespo. En la nueva legislatura, Moreno pretende hacer un guiño a las políticas de sostenibilidad medioambiental, ahora mismo desdibujadas en la consejería actual pese a que uno de los lemas que más ha utilizado este gobierno sea el de la «revolución verde», imposible de cuadrar con medidas como las de la regularización de los pozos ilegales del entorno de Doñana. El perfil que coloque en este departamento tendrá que dialogar con un sector y unas plataformas que se han sentido abandonadas en la actual legislatura.
A la espera de que el presidente andaluz anuncie oficialmente los miembros que conformarán su próximo Consejo de Gobierno, fuentes de su entorno insisten en la prudencia a la hora de manejar nombres porque «quien sale en las quinielas, se quema».