Moreno ultima la estructura de un Gobierno «eficaz» con «caras nuevas para refrescar»
El anuncio de una "revolución hídrica" acerca la creación de una Consejería de Medio Ambiente independiente si bien la cartera de Hacienda, ante el reto inflacionista y con la salida de Juan Bravo, es la que más preocupa al presidente andaluz
Quedan pocos días para la celebración del primero Consejo de Gobierno de la mayoría absoluta de Juanma Moreno del que apenas se conoce nada, salvo la lógica general de que habrá más consejerías dada la errática concentración de competencias en la actual vicepresidencia del Gobierno con áreas tan dispares como Turismo, Justicia o Administración Local. Hasta ahora, ha apurado los plazos para anunciar los nombramientos en el Parlamento, por lo que podría estirar la incógnita al respecto de su próximo Ejecutivo hasta el propio lunes 25 por la mañana, cuando está prevista la toma de posesión de los nuevos consejeros. El martes 26 será el estreno en sus despachos y el primer Consejo de Gobierno.
La toma de posesión del presidente Moreno, en el Palacio de San Telmo, tendrá lugar el sábado 23 de julio, en un sencillo acto que contaría con la presencia del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y de destacados dirigentes autonómicos. La próxima semana se celebrará el pleno de investidura y será durante su discurso, el miércoles 20 de julio con la réplica de los grupos parlamentarios el 21, cuando se puedan leer qué tipo de equipo de consejeros quiere que le ayude en la gestión de la mayoría absoluta en un incierto escenario de crisis económica.
Por ahora lo que se sabe es lo que el propio presidente avanza. En el acto de homenaje a las víctimas de la pandemia, celebrado en la Plaza de la Armería del Palacio Real, el líder andaluz ha compartido que está puliendo «el diseño de la estructura de un Gobierno eficaz, acorde con las necesidades que tiene Andalucía». Para ello, comentó a la prensa, repetirán algunos consejeros del anterior Gobierno «pero también se van a incorporar personas nuevas, hay que conjugar la experiencia con la frescura, en definitiva, hay que refrescar el Gobierno». Pero, como era previsible, en este encuentro con los medios no avanzó nombre alguno. La mayoría amplia, suficiente, como le gusta referirse a este escenario inédito de 58 diputados de los 109 que se sientan en la cámara, le permite una negociación unilateral, consigo mismo, a prueba de filtraciones.
Una anécdota da la medida del control férreo que Moreno aplica a sus decisiones en esta nueva etapa: el diputado sevillano Toni Martin se enteró apenas 10 minutos antes de que el presidente lo hiciera público de su nombramiento como nuevo portavoz del Grupo Popular en la cámara. Al menos, a Martín, escudero leal desde el siempre convulso PP de Sevilla, le concedió el margen de estos pocos minutos. Los diputados Ana Mestre y Jota Carmona, sin embargo, se enteraron sobre la marcha, a la vez que los medios, y bajo el sol abrasador del mediodía en el patio del Hospital de las Cinco Llagas, de que ocuparían la vicepresidencia primera y la secretaría tercera de la Mesa del Parlamento, según compartió el nuevo portavoz con los periodistas este viernes.
Visto esto, las únicas certezas son los perfiles que no van a repetir en el Ejecutivo autonómico: hace semanas que se dio por confirmada la salida de dos pesos pesados como Elías Bendodo, consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno, y Juan Bravo, consejero de Hacienda, ambos mantienen su acta de diputados autonómico pero centrarán su labor en Génova, donde Alberto Núñez Feijóo ha reclamado dedicación total para transitar este año y medio hasta que Pedro Sánchez convoque elecciones generales. Junto a Bendodo y Bravo, salen del Ejecutivo autonómico el grueso de consejeros de Ciudadanos.
El vicepresidente Juan Marín, sobre cuya continuidad en los infinitos ramales de la administración autonómica se ha escrito mucho, saldrá del Ejecutivo. «Necesita descansar, recomponer su vida personal y a futuro, dentro de unos meses, ya veremos qué hay encima de la mesa», comentan en su entorno.
Se da por hecha la salida del economista Manuel Alejandro Cardenete, consejero de Educación que llegó al cargo tras el fallecimiento Javier Imbroda, y de Rogelio Velasco, consejero de Economía y profesor de la Universidad de Sevilla. El nombre de la consejera Rocío Blanco, consejera de Empleo, continúa en las quinielas para seguir en la nueva etapa, a pesar de que ha sido uno de los perfiles de menor proyección de la legislatura.
Parece caerse de las quinielas el nombre de Rocío Ruíz, consejera de Igualdad y Políticas Sociales, azote de Vox en la cámara con múltiples y sonados enfrentamientos y figura que en su día se postuló para liderar Ciudadanos Andalucía. Como desveló Economía Digital, no es que Ruiz se borre de la tarea para reflotar la marca en Andalucía sino que directamente ha cursado baja de su militancia en el partido que fundó Albert Rivera. Su deseo, expresado sin rodeos a quienes le preguntan, es continuar con su tarea en la Junta, deseo que, según sostiene ella misma, le han hecho llegar numerosos colectivos de toda índole a través de numerosas cartas en las últimas semanas. «Yo estoy a la espera de si el Presidente quiere que siga, a mí me encantaría», expresaba minutos antes de arrancar el acto de constitución del Parlamento este jueves.
Un gobierno que gestione la hiperinflación
El diseño de la estructura, anunciado por Moreno, aventura la lógica de que habrá una ordenación más ortodoxa de las consejerías, por cuanto la macroconsejería de Juan Marín se desgajará, de modo que Turismo podría sumarse a la cartera de Cultura, y así componer un departamento con un presupuesto más notable. Ya se sabe que las raquíticas cuentas de Cultura es un clásico gobierne quien gobierne. Aunque los profesionales del sector cultural siempre han reclamado una Consejería en exclusiva, la estrategia del Gobierno es proyectar el binomio cultura y turismo como carta de presentación de Andalucía a nivel nacional e internacional. Al frente de Cultura está hoy la consejera Patricia del Pozo, quien, como cabeza de la lista de Sevilla, ha conseguido unos resultados históricos para el PP en la provincia que tradicionalmente era el bastión infranqueable del PSOE. Su nombre sonó como presidenta del Parlamento, puesto que finalmente, contra pronóstico, Moreno ha concedido a Jesús Aguirre, hasta ahora consejero de Salud. La continuidad de Del Pozo en el Ejecutivo estaría, a priori, contemplada.
En el marco de la legislatura de la «revolución verde», aspecto que remarca Moreno y su equipo, se hace prácticamente obligada la apuesta por la creación de una consejería independiente para las materias de Medio Ambiente, ahora mismo bajo el paraguas de la consejería de Agricultura que dirige Carmen Crespo. Esta misma semana, el presidente ha adelantado que esta será «la legislatura del agua». La lucha contra el cambio climático y los efectos de largos períodos de sequía puede afrontarse también como una «oportunidad» de avance y de generación de empleo por lo que los presupuestos de 2023 reflejará esta apuesta.
De hecho, el área económica, con la Consejería de Hacienda en primer término, es la que más preocupa a Moreno en este momento, no tanto por tener que cuadrar el Presupuesto, pues con mayoría absoluta su aprobación en la cámara está más que garantizada, sino como por acertar con las recetas de un otoño de «hiperinflación», como comentó este viernes, que requiere de medidas ágiles que «den respuesta y oportunidades seguir progresando», que sabe a ciencia cierta que es una de las razones que más está horadando la confianza del ciudadano en el Gobierno de Pedro Sánchez. El margen de competencias en materia económica y fiscal de la Administración de la Junta es amplio y, por ahora, el mantra es el de continuar la senda de la bajada de impuestos, con la que se estrenó hace casi cuatro años en San Telmo.
Según varias fuentes consultadas, el presidente habría tocado a nombres del ámbito de la empresa privada y la investigación académica para hacerse cargo del área económica de esta etapa, si bien, son perfiles muy difíciles de convencer. Los sueldos de la administración pública, menos de 65mil euros y sin posibilidad de complementos, así como la hiperexposición pública y mediática son las razones que muchos de los protocandidatos aducirían para rechazar la propuesta del presidente.
No menos importante es el nombre que sustituirá a Jesús Aguirre al frente de la Consejería de Salud, entre otras razones, porque la pandemia no ha terminado, hay que seguir gestionando la respuesta desde el sistema público a las nuevas variantes y hacerlo con los recursos suficientes. La falta de médicos -la temida jubilación de la generación baby boom– en los próximos años obliga a Moreno a considerar con detenimiento el perfil de esta cartera, cuyo entendimiento con los sindicatos es fundamental para que la sanidad no se convierta, como ocurrió en la última legislatura socialista, en el caballo de batalla que marque este mandato de la mayoría absoluta. De hecho, los partidos de la oposición siguen manteniendo en su relato, como hicieron a principios de este 2022, el empeoramiento de la calidad del Servicio Andaluz de Salud (SAS) como una de los ejemplos más evidentes, a su juicio, de que detrás de la cuidada imagen de hombre de centro y moderado se esconde un perfil liberal que favorece la privatización de uno de los servicios básicos de plena competencia autonómica.
La respuesta política a las posibles crisis, sea sanitaria o de cualquier tipo, así como la agenda legislativa y el control del funcionamiento transversal del Ejecutivo es una tarea que suele ser compartida entre el consejero de Presidencia y la Portavocía del Gobierno, perfiles que en el equipo saliente ha conjugado Elías Bendodo. Se da por hecho que será muy difícil encontrar una figura que reúna con tanta solvencia ambas tareas. Fontanero dentro de San Telmo, cada martes, en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Gobierno, el malagueño se ha fajado en marcar la agenda mediática y en apuntalar el perfil moderado de Moreno, precisamente gracias a que se ajustó el traje de eterno poli malo.
Suena con fuerza Antonio Sanz, histórico del partido y hasta ahora viceconsejero de Presidencia. Su perfil, de gran respeto institucional, serviría también como posible consejero de Justicia e Interior, en el caso de que se volviera la ordenación que tuvo el último Ejecutivo socialista. Uno de los hitos de la carrera política de Sanz, diputado por Cádiz, fue ser delegado del Gobierno de España en Andalucía, en la última etapa de Mariano Rajoy.
Nada ha trascendido sobre quién desempeñará las labores de Portavoz del Gobierno, responsable, en esta etapa, de dosificar con mano izquierda el relato triunfalista de una Gobierno de mayoría absoluta que quiere evitar los modos de «rodillo». Acaso una de las tareas más complicadas en esta nueva etapa: contar cómo es tener un Gobierno absolutísimo sin parecerlo.