Moreno atrae al 15% de los votantes del PSOE y marca el camino a seguir
La derecha andaluza puede llegar al 55%, e incluso sobrepasarlo, en parte gracias al impulso que la transversalidad de Moreno Bonilla está imponiendo a esta carrera
El presidente en funciones de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, representa el otro alma del Partido Popular. Más pragmática, tecnocrática y alejada del debate de las ideas y de la polarización constante que ejemplifica la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Un modelo que al líder andaluz le está sirviendo para acabar con el histórico mantra del miedo a la derecha y lograr, además, la cuadratura del círculo: frenar el crecimiento de VOX, acabar con Ciudadanos, atraer a votantes del PSOE y mantener viva la movilización de todas sus bases. Gestión y datos versus el miedo a un fantasma que ya no existe. Feijóo puede encontrar en este modelo un camino a seguir.
El último informe preelectoral del CIS sobre las elecciones andaluzas ha confirmado los pronósticos que desde Estrategos llevamos advirtiendo durante los dos últimas semanas en este Observatorio Electoral de ECONOMÍA DIGITAL. La derecha andaluza puede llegar al 55%, e incluso sobrepasarlo, en parte gracias al impulso que la transversalidad de Moreno Bonilla está imponiendo a esta carrera.
Andalucía pierde el miedo al cambio
Andalucía le ha perdido el miedo al cambio. Después de años repitiendo ese mantra machacón por parte de la izquierda, Moreno y su primera legislatura le han dado la vuelta como a un calcetín al mapa electoral en la comunidad más poblada de España. La comunidad donde puede empezar el regreso de la derecha al poder central. Sin ser cada día la oposición a Pedro Sánchez ha logrado desterrar los fantasmas del pasado y muchos de los recelos que hasta ahora provocaba el PP.
Sin ser cada día la oposición a Pedro Sánchez ha logrado desterrar los fantasmas del pasado y muchos de los recelos que hasta ahora provocaba el PP
Nuestro estudio propio de las matrices de transferencia de voto del CIS nos permiten concluir que Moreno logrará atraer para si al 60% de los votos de Ciudadanos -con muy escasas posibilidades de hacerse con representación en el parlamento- y, además, está recibiendo un 15% del electorado que optó por el PSOE en 2018. Es decir, 216.000 antiguos votantes de Susana Díaz. Además, un 20% de los ciudadanos socialistas lo prefieren como presidente de la Junta.
Bonilla también está taponando las opciones de crecimiento de Vox, que no despega especialmente por el efecto Macarena Olona. En voz baja y sin grandes discursos ni mítines, el PP se está quedado con cerca del 32% de los votantes de Vox en 2018, unos 270.000 votos recuperados.
Vox, una incógnita
Bien es cierto que VOX, como en todas las elecciones, es una incógnita. La mayoría de las últimas encuestas lo sitúan sobre el 20% de los votos válidos, y alrededor de los 20 escaños. En Estrategos, en base a nuestro estudio de la matriz de transferencia del CIS, lo situamos a día de hoy en el 16,7% y 18 escaños.
El principal problema de los de Abascal, y que es donde más debería centrarse en la campaña electoral, es ese 32% que está volviendo a la casa grande de la derecha. Si esto finalmente se confirmase el próximo 19 de junio, sería un retroceso en su narrativa electoral de cara al 2023, dado que lo alejaría de un posible sorpasso al PP y lo afianzaría como tercer partido nacional.
El PP, según los datos que arroja nuestro análisis, estaría rozando el 40% de los votos válidos y cerca de los 50 escaños, con una distancia de más de siete diputados respecto a la suma de la izquierda. Un margen que le da un buen colchón para encarar la campaña electoral.
Espadas no despega y la izquierda dividida, pierde
Juan Espadas, como habíamos apuntado ya en anteriores artículos, no logra sumar capital electoral a los resultados del 2018. El PSOE tira de sus siglas históricas con un candidato que, por sí solo, no atrae a más votantes a la causa. El partido se mantiene en el millón de electores del 2018, pero con menos porcentaje de voto válido y un par de diputados menos.
La izquierda dividida no suma. Su fuerza electoral sigue en los mismos umbrales de los 550.000 electores, pero la división les lastra competitividad y perderían seis escaños.
Si los resultados son tan contundentes como los datos, Andalucía puede confirmar el cambio de ciclo electoral en España y cuál es el camino para el nuevo líder gallego de Génova 13. Un líder popular sin grandilocuencia ideológica y con una gestión contrastada y que es capaz de arrastrar al electorado, como Díaz Ayuso, pero además atraer al 15% del electorado socialista, y recuperar a la vez al 30% del electorado de Vox. Y esta es la gran diferencia respecto a la victoria de Ayuso en Madrid hace un año. Feijóo simplemente tiene que tomar buena nota.