La coalición de izquierdas hace aguas una semana después del 19J

Izquierda Unida califica de "trágala" su acuerdo electoral con Podemos, reconoce una "injusta representación", pues se queda con un sólo escaño de los 5 conseguidos, y recuerda su arraigo en Andalucía frente a la formación morada

Inma Nieto y Yolanda Díaz, junto a otros líderes nacionales, durante el mitin de Por Andalucía en Dos Hermanas (Sevilla). / ÁLVARO MINGUITO

Inma Nieto y Yolanda Díaz, junto a otros líderes nacionales, durante el mitin de Por Andalucía en Dos Hermanas (Sevilla) en el que un pavo real fue el invitado sorpresa. / ÁLVARO MINGUITO

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Una semana después del histórico triunfo de Juanma Moreno en Andalucía y de la derrota sin paliativos de los partidos del bloque de izquierda, la coordinadora andaluza de Izquierda Unida (IU) reconoce que el acuerdo electoral que debió firmar con Podemos para conformar la coalición Por Andalucía fue un «trágala». «Es indudable que entramos fatal en la campaña por el ruido de aquel acuerdo, acrecentado porque Podemos no llegó a tiempo al registro de la coalición. Las consecuencias han sido graves», explica la formación en un comunicado remitido a los medios.

Finalmente, el electorado respondió en las urnas otorgando un magro resultado a esta marca encabezada por Inma Nieto: 5 diputados, algo más de 280.000 votos, que se traduce en apenas 7,68% de los electores, quedándose como cuarta fuerza a gran distancia de la tercera, Vox. «Con esos mimbres difícilmente se podía generar movimiento por abajo y de desborde», apuntan en el texto.

En términos generales, Izquierda Unida reconoce en este documento que se trató de un «pésimo acuerdo», con evidentes desequilibrios con Podemos, que se hizo por formar parte y visibilizar el frente amplio que pretende liderar Yolanda Díaz, cuando quiera que ponga en marcha Sumar+ y que las tensiones de aquel acuerdo volvieron a oírse con la «inoportuna destitución», en plena campaña, de Amanda Meyer, dirigente de IU e IU federal, en su puesto de jefa de gabinete del Ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero, una de las caras más visibles del reducto de poder que sigue ostentando Podemos en el Gobierno tras la salida de Pablo Iglesias de la política en primera línea. Asimismo, admiten que «la campaña electoral comenzó con confusión para nuestros electores y sin una consolidación de la imagen de Por Andalucía ni de la candidata entre la sociedad andaluza».

Cabe recordar que, a la izquierda del PSOE, la fuerza mayoritaria, con implantación territorial en la comunidad autónoma y con un acreditado reconocimiento social es Izquierda Unida, con un arraigo histórico en el entorno rural a través, sobre todo, del Partido Comunista. Desde el punto de vista del poder local, Izquierda Unida tiene en la actualidad más de mil concejales repartidos por ayuntamientos de todas las provincias, frente a los apenas 80 concejales llegados a la política de la mano del partido morado. Izquierda Unida cuenta con unas 70 alcaldías en todo el territorio andaluz, con especial peso en la provincia de Cádiz, gobernando municipios como Conil de la Frontera, y Sevilla, con el municipio de Los Palacios y Villafranca como referencia. En puridad, Podemos no gobierna ningún gran ayuntamiento pues el de Cádiz, con José María González Kichi como regidor, ya hace tiempo que responde a sus propias consignas, las de la corriente Anticapitalistas versión andalucista que lidera Teresa Rodríguez, que en los comicios del 19J consiguió dos diputados.

Un dato da la medida del peso de la militancia en Izquierda Unida, en comparación con la precaria estructura de Podemos, y por tanto, indican desde IU, el esfuerzo que en campaña ha hecho una formación respecto a otra: Izquierda Unida desplegó 4.726 apoderados en los colegios electorales mientras que Podemos apenas aportó 644.

De hecho, Izquierda Unida reconoce ahora, y después de haber estado escenificando una sutura en las relaciones entre las distintas formaciones, que el ruido que precedió a la conformación de la coalición «dañó la imagen de la candidatura y se quedó fuera de la papeleta el logo de Podemos generando confusión entre electores de Podemos que pudieron votar a Adelante Andalucía porque todavía relacionaban a Teresa Rodríguez con Podemos. Esta mezcolanza se afirmó en muchos colegios electorales».

Cuando apenas han pasado siete días de las elecciones y a dos semanas de que se constituya el Parlamento, el comunicado deja a las claras la tensión que ya existe en el grupo parlamentario y la lectura que hace Izquierda Unida de esta experiencia. «Las tensiones en el espacio político estatal se trasladaron en un bloqueo de la dirección estatal de Podemos a llegar a acuerdo, alargándose indefinidamente una situación de continuo deterioro del espacio político».

Con todo, desde Izquierda Unida, describe el comunicado, apostaron por la coalición con el objetivo de «la incorporación de la confluencia al nuevo ciclo político que debe liderar Yolanda Díaz, y la configuración de unas listas electorales bajo un equilibro razonable entre Izquierda Unida y Podemos. «No conseguimos el último objetivo. El acuerdo con la dirección estatal de Podemos fue un trágala a pocos minutos de cerrarse el plazo para el registro de la coalición«, admiten.

Con todo, reconocen que la entrada en la campaña de dirigentes como Alberto Garzón, Enrique Santiago, Íñigo Errejón, Ione Belarra, Juantxo López Uralde…ha sido muy beneficiosa, «especialmente la de la compañera Yolanda Díaz: su presencia en el acto del sábado 11 en Córdoba metió definitivamente en campaña a Por Andalucía y fue continuada con dos históricos actos en Málaga y Sevilla».

«La decisión de asumir aquel pésimo acuerdo en términos de reparto de puestos de salida en detrimento de IUCA fue porque sí se alcanzaban  otros objetivos: frente amplio, candidatura a la Presidencia bajo la candidata que más consenso tenía en el frente amplio e insertar a IUCA en el nuevo ciclo electoral bajo el liderazgo de Yolanda Díaz. «La alternativa a la candidatura de frente amplio conllevaba una fragmentación de la que nadie habría obtenido grupo parlamentario y se habría puesto en serio riesgo la estabilidad del espacio político estatal», explican.

Yolanda Díaz e Inmaculada Nieto, en una imagen promocional de la campaña.

Por otro lado, el informe político de la Coordinadora Andaluza de Izquierda Unida apunta a una «derechización del voto en Andalucía» desde 1999, como advierte el CIS desde 1999, según este documento. «La derecha ha sabido asociarse a la idea de progreso mejor que la izquierda entre el electorado, el cual tiene un comportamiento más pragmático que valora positivamente la alternancia. A ese nuevo patrón se ajustaba bien la imagen de moderación de Bonilla y su pretendido papel histórico de cambio tras 37 años de gobiernos del PSOE», explican desde Izquierda Unida.

Por Andalucía ha sacado 281.688 votos  en estas elecciones, en 2018 la confluencia obtuvo 585.949 votos. Según sus cálculos, «se puede decir que 167.970 han ido a parar a la “nueva” Adelante Andalucía y el resto (136.291 votos) han ido a parar a otras opciones o a la abstención».

En este sentido, Izquierda Unida se fija como próximo reto las elecciones municipales, en la próxima primavera. Unos comicios en los que pretenden elegir los candidatos con tiempo suficientes para que formen parte «del grueso de la campaña». Unos comicios en los que IU pretende tomar la iniciativa dentro del frente de izquierdas para .»vincular el ciclo electoral de autonómicas y municipales al proceso de las elecciones generales».

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