“Déjeme que haga mi debate”: Moreno se zafa de aclarar su dependencia de VOX tras el 19J
Juanma Moreno se pone de perfil ante la amenaza de Macarena Olona de no regalar "ni un escaño" para convertirlo en presidente tras las elecciones del 19J
“Déjeme que haga mi debate. Somos dos formaciones distintas”. Tal ha sido la presión que Macarena Olona ha ejercido sobre Juan Manuel Moreno para que aclare, a estas alturas de la campaña, su política de pactos en la próxima legislatura –“pero entonces ¿no vas a entenderte con VOX, te vas a entender con el PSOE?, llegó a preguntarle la candidata del partido de Santiago Abascal- que el presidente del Gobierno tuvo que rogarle que le dejara abordar el debate a su manera. Eso fue en el primer bloque, ya en el último, Olona regaló el titular de la noche, sobre todo para los partidos de la izquierda: “Si sólo necesitara un escaño de Vox para ser presidente, no se lo vamos a dar gratis”. En su último segundo en este bloque, Olona le tendió la mano, éste rehuyó el gesto y evitó aclarar de manera nítida que hará si el 19J las urnas le dan un resultado insuficiente para gobernar en solitario.
Quizás ésta ha sido la manera más evidente del momento que vive, a seis días de que se abran las urnas en Andalucía, el candidato del Partido Popular. Todas las encuestas que se han publicado hasta ahora, incluidas las difundidas este lunes por el CIS de José Félix Tezanos y el sondeo de GAD3 del siempre certero Michavila, dan como claro ganador de estas elecciones a Moreno, pero ninguna encuesta le garantiza un resultado lo suficientemente holgado para prescindir de la muleta de VOX para ocupar, una legislatura más, el sillón de la presidencia de San Telmo, al que llegó gracias a los votos de la formación de ultraderecha, como de manera reiterada le recordó Olona. “No le voy a tener en cuenta algunas cosas que estoy escuchándole en esta campaña, como que hay que frenar a Vox o que no me quiere de vicepresidenta”, le reprochó al presidente andaluz.
A este terreno le quiso llevar también desde el primer minuto Juan Espadas -“hay que elegir entre derechos o derechas”-, que, de nuevo sin corbata pero con el traje bien ajustado de candidato socialista, ejecutó un debate decidido, impetuoso y muy focalizado en señalar lo que, a su juicio, son fallos en la gestión del Gobierno de PP y Ciudadanos: pensionistas, dependencia, sanidad, educación… También reivindicó, sin ambages, el legado de los 37 años de ejecutivos socialistas y, como novedad respecto a hace una semana, celebró el papel que ha tenido el Gobierno de España en la llegada a Andalucía de partidas millonarias para hacer frente a la pandemia, cuyo origen, dice, Moreno oculta. Un gestó que contraatacó el candidato popular tildándolo de «delegado del Gobierno de Sánchez». A estas alturas, el temor del secretario general de los socialistas, que ha apelado directamente a la movilización del voto socialista que se quedó en casa hace cuatro años, es quedar por debajo del suelo de 33 escaños que dejó Susana Díaz.
Un cara a cara diferente: los candidatos han estudiado, Moreno se ha fajado
El de Canal Sur ha sido el segundo y último debate de esta campaña electoral, atípica en las altísimas temperaturas que amenazan con una abstención mayor que la de los comicios de 2018, cuando el 41% de los ciudadanos con derecho a voto se quedaron en casa, pero también un debate radicalmente distinto al celebrado hace una semana en Televisión Española.
Si hace siete días, Moreno surfeó sin dificultades el debate, en esta ocasión se encontró los problemas desde la misma puerta de entrada, donde fue recibido, al igual que Olona y Marín, con una sonora pitada por parte de los más de 300 profesionales de agencias públicas de la Junta de Andalucía .Amaya, Infoca, Dependencia, RTVA- que claman por la estabilidad y calidad en sus empleos.
Si hace una semana Moreno ganó el debate, precisamente, porque por momentos pareció no estar en él, de manera que logró escabullirse de una cita que estuvo marcada por el debut de una Macarena Olona sobreactuada e incómoda en el formato, este lunes él fue el que ha estado incómodo.
El presidente andaluz, de hecho, ha tenido que fajarse duro para zafarse del cerco de todos los candidatos, que han acudido a esta cita, en comparación con el debate anterior, mucho más preparados, aportando datos y ejemplos, para frenar “la propaganda” a la que es aficionado el Gobierno andaluz, en palabras de Espadas.
Con un tono más suave, displicente también, pero más contundente, Olona podría decirse que ha sido la gran protagonista de este debate. Aferrada a uno de los grandes hits de su batalla cultural, el de la educación sexual en los colegios, la candidata de Vox –que recurrió a su triada “enchufados, activistas y amiguetes no van a durar ni un minuto en nuestro Gobierno”- regaló uno de los momentos más hilarantes de la noche cuando leyó un supuesto manual para niños de Primaria en el que se enseña a masturbarse. En respuesta, la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, de nuevo en esta ocasión de las más brillantes de la noche en tono, frescura y réplicas, trajo al debate la célebre cita de Woody Allen, aquella que dice que “la masturbación, al fin y al cabo, es hacer el amor con quien más quieres”, para defender “el derecho que asiste a los niños y las niñas a recibir educación sexual”. «No querrá usted que volvamos a los tiempos en que los curas decían que si te masturbabas, te quedabas ciego», reprochó la gaditana.
Un debate dinámico, interesante y a ratos hasta divertido, conducido ágilmente por Blanca Rodríguez y Fernando García: Olona le recordó a Juan Marín que se dedicó a hacer torrijas, Juan Marín, igual de cómodo aquí que hace una semana pero con menos hitos en su discurso, le preguntó a Olona si sabía cocinarlas, Teresa Rodríguez le pidió «unas poquitas para Kichi» e Inmaculada Nieto, candidata Por Andalucía,pidió focalizar la cosa, entre las risas del personal. La vaca, presente como disfraz de uno de los trabajadores que protestaban a las puertas de los estudios, también entró en el debate. Espadas le preguntó a Moreno si, para que le escuchara con atención, se tenía que disfrazar de vaca, en alusión al la que, en la campaña de 2018, le pidió el voto y que hace unos días volvió a visitar en el valle de Los Pedroches.
Un debate divertido, sí, pero también decisivo para recordarle al espectador, como subrayó Nieto, mucho más enérgica que la primera vez, que la campaña del 19J ha reactivado la escenificación de un frente común de los partidos de izquierdas contra el avance de la mayoría de derechas que reflejan, de manera clara, todos los barómetros realizados hasta la fecha en la comunidad que ha estado gobernada durante casi 40 años por gobiernos socialistas.
“Quiero gobernar en coalición con los andaluces” fue la única vez que Moreno pronunció la palabra tabú para el PP, porque esto le lleva a aclarar su probable dependencia futura de VOX, atrincherado como está, desde el principio de esta campaña, al latiguillo de “quiero gobernar en solitario”.
Si en TVE, Moreno se zafó, en Canal Sur, ha tenido que fajarse. Si en TVE, Moreno toreó a Olona, esta vez el capote se lo ha sacado ella. La pregunta en la recta final de la campaña es ¿quién embiste a quién?