Elecciones 19J: la abstención y la dispersión del voto amenazan la gobernabilidad de Juanma Moreno

El favorito de estos comicios ruega una "amplia mayoría" en el broche de una campaña atípica marcada por la pregunta sin respuesta del pacto con Vox

Juanma Moreno, en un momento del cierre de la campaña del 19J

Juanma Moreno, en un momento del cierre de la campaña del 19J

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Uno de los éxitos más populares de la carrera de Alejandro Sanz es el tema No es lo mismo. Ese que dice “No es lo mismo ser que estar, no es lo mismo estar que quedarse ¡qué va!”. El estribillo, pegajoso como esta ola de calor que ha marcado la campaña electoral de este 19J, puede servir de metáfora del momento que vive el popular Juan Manuel Moreno a pocas horas de que se abran las urnas: no es lo mismo ganar, que ganar con mayoría amplia. No es lo mismo, ¡qué va! De uno a otro va la gobernabilidad de la comunidad más poblada de España que este domingo llama a las urnas a 6,6 millones de andaluces y que hace cuatro años, contra el pronóstico que dibujaban las encuestas, arrojó por primera vez en la democracia una mayoría en el bloque de las derechas.

En el bloque de izquierdas, PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía han anunciado en distintos tiempos que en ningún caso permitirán con su abstención la investidura del candidato popular para aislar a Vox. La posibilidad de que Moreno pueda sacar adelante su investidura, fagocitado como parecen indicar los sondeos su socio Ciudadanos, pasa por una mayoría absoluta del PP, que significaría la hercúlea tarea de duplicar con creces el resultado que obtuvo en 2018, que fue de 26 diputados –la mayoría está en 55 de 109 diputados-, o pactar con el partido de Santiago Abascal, que ya ha dicho que si tan sólo tiene que ceder uno, será a cambio de entrar en el Gobierno. Ninguna encuesta da 55 escaños al PP. Tampoco ningún sondeo da mayoría a la suma de las izquierdas.

Alejandro Sanz: entre un PSOE imbatible y un PP que acaricia la mayoría

Hace poco más de cuatro meses, durante la celebración del 28F, cuando el runrún del adelanto electoral era ya ensordecedor, el músico y compositor con raíces en el municipio gaditano de Alcalá de los Gazules, cuna del socialismo andaluz, recibió de manos de Moreno el título de Hijo Predilecto de Andalucía. En 1999, Sanz recibió la medalla de Andalucía de manos del socialista Manuel Chaves, presidente durante 19 años. De una fecha a otra van 23 años y dos fotografías: la de un PSOE andaluz imbatible y la de un presidente del PP que, con el peor resultado de la historia de su partido, parece acariciar ahora una mayoría que era propia, en un tiempo pasado, de los socialistas.

Desconocemos si todo esto se le pasó por la cabeza a Juanma Moreno cuando este jueves disfrutaba del concierto de Alejandro Sanz en el estadio Benito Villamarín en Sevilla, al que el candidato popular acudió acompañado de su mujer, Manuela Villena, tras una jornada de campaña en la provincia de Cádiz en la que, relajado aunque con la euforia contenida, hizo llamamiento una y otra vez, a acudir a las urnas y votar por el PP, claro. En público y en privado, el candidato comparte la reflexión de que no sería lo mismo un gobierno estable y de manos libres, que un ejecutivo en convivencia con una dirigente, Macarena Olona, que ha dado sobradas muestras de que su concepto político está más allá de los límites verbalmente marcados por el presidente popular en temas como la violencia de género, la diversidad o el respeto al Estatuto de Autonomía.

Si Moreno va a saltarse sus propias palabras con tal de mantenerse en San Telmo es una pregunta a la que no ha dado respuesta a pesar de la insistencia de la prensa y de los requerimientos de sus adversarios políticos en los debates y durante los distintos actos que, a lo largo de toda Andalucía, han protagonizado en estos 15 días de campaña.

Conjura contra un domingo de playas

Una campaña atípica en el voltaje con el que ha llegado a la calle y marcada por la incógnita de la respuesta que dará la ciudadanía en un domingo propio de playas. En el cierre de campaña celebrado en el Muelle de la Sal, a orillas del Guadalquivir, en un acto menos concurrido de lo que pudiera esperarse, Moreno, en modo showman, un registro que ha cultivado en los últimos días, tiró de anécdota y relató su encuentro con un grupo de asistentes al concierto quienes, según sus palabras, le confesaron que votarían por él pero “cuando llegaran el domingo de la playa”. “¿Pero tú sabes la caravana que hay de vuelta de Cádiz o Huelva, chiquillo?”, contó el presidente que les espetó para exponer, una vez más su temor al exceso de confianza, producto de unas encuestas que le pintan como favorito: “Nos jugamos nuestro futuro y nuestro presente. No estamos para bromas”.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el candidato socialista a la presidencia de la Junta, Juan Espadas, a su llegada al mitin de cierre de campaña.

Unos cuantos metros más adelante, en la misma orilla, en el Muelle de las Delicias donde en 2017 Pedro Sánchez cerró su campaña de primarias a la secretaria del PSOE, que ganó contra pronóstico a la favorita Susana Díaz, desaparecida en esta campaña, el candidato socialista Juan Espadas ponía el broche a lo que, sin ambages, se puede llamar un maratón de actos y mítines por todo el territorio. Con la asistencia del presidente del Gobierno, varios ministros, múltiples cargos orgánicos y un asistencia de unas mil personas, el PSOE andaluz escenificaba la fortaleza de una militancia a la que le ha costado arrancar del letargo estos días. “Si votamos, ganamos” es el lema, final, que el partido ha acuñado esta campaña. Javier Fernández, alcalde de La Rinconada y secretario general del PSOE de Sevilla, dejó una revisión del lema: “Si nos lo creemos, ganamos”, en referencia a no dar por ciertas las encuestas que vaticinan un desplome sin precedentes. Unos sondeos, incluido el CIS, que por primera vez dejan al PSOE por debajo del PP en la provincia de Sevilla, bastión desde donde este partido ha construido a lo largo de la historia sus holgadas mayorías.

Al otro lado del río, en la calle San Jacinto de Triana, Macarena Olona ponía fin a una campaña, marcada por un despliegue poco catalogable de fotografías en las redes sociales y la visita de la dirigente fascista italiana Giorgia Meloni en Marbella, cuyo discurso reveló, sin matices, en qué espejo se mira Vox. “Venimos con todo, no os conforméis con menos que la Presidencia de la Junta”, proclamó la candidata empadronada en Salobreña, a donde tendrá que ir a votar el domingo.

Para cuando la candidata de Abascal enarbolaba su enésimo alegato “contra los sindicatos corruptos y la inmigración ilegal”, Teresa Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía, clamaba en el parque de los Perdigones a favor de nuestra herencia islámica al ritmo del grupo Califato 3×4: “Si condenan la cultura islámica condenan nuestra identidad, las torrijas, los pestiños, los boquerones en vinagre, la Giralda, la Alhambra…”.

Desconocemos si Juan Marín merendó torrijas, su hit gastronómico esta legislatura, pero sí que despidió esta campaña junto a la líder nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, desde el barrio sevillano de Los Bermejales.

Mientras Inmaculada Nieto, líder de Por Andalucía, favorecía desde Málaga, lista que ha encabezado en las papeletas de este 19J, una fotografía que escenifica el entendimiento de los partidos de la izquierda con la presencia del ministro Alberto Garzón y la ministra Irene Montero.

“Se me van a hacer muy larguitos estos dos días”. La frase es del cierre de campaña de Moreno. Y quizás, por una vez, sea lo mismo, lo mismo, que piensan el resto de candidatos.

Inma Nieto, candidata de Por Andalucía, junto a dirigentes de la coalición de izquierdas y los ministros Garzón y Montero.
Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp