El acelerón de Yolanda Díaz amenaza con dar la ‘puntilla’ a la desmovilización del PSOE
La vicepresidenta ruega una oportunidad a los socialistas que no terminan de conectar con el proyecto de Espadas, que apela al voto útil
El voto socialista está siendo, a derecha e izquierda, el más disputado de estas elecciones autonómicas marcadas por una desmovilización y una tendencia abstencionista que temen todos los partidos, no sólo los de izquierdas. Si al principio de la campaña de este 19J, fue Juanma Moreno el que pidió la confianza del votante socialista para ensanchar el espacio del PP por el centro, ahora es la vicepresidenta Yolanda Díaz la que pide «una oportunidad» a los socialistas indecisos o desencantados con un PSOE y un candidato con el que todavía no terminan de conectar parte de los votantes que, en las elecciones de 2018, se quedaron en casa.
Es la primera vez que en el bloque progresista, hay una petición expresa a la fuga de votos de una formación a otra. Desde Málaga, el candidato del PSOE, Juan Espadas, ha hecho un llamamiento a concentrar el voto útil en su partido frente a otras fuerzas de izquierda “que no se sabe si van a tener representación parlamentaria”.
Este miércoles, en una jornada de ruta por la provincia de Málaga, ha compartido actos con la vicepresidenta Nadia Calviño por la mañana y con José Luis Rodríguez Zapatero por la tarde en Vélez-Málaga, donde el ex presidente del Gobierno apeló al legado de los ex presidentes de la Junta, de Escuredo a Susana Díaz, pasando por Chaves y Griñán. Aferrado al mantra de “Si votamos, ganamos”, a la luz de los sondeos publicados hasta la fecha, incluido el CIS de Tezanos, el PSOE andaluz no ha logrado capitalizar por el centro ni un solo escaño de los que pierde Ciudadanos, fagocitado por el Partido Popular, ni tampoco ha conseguido recuperar ni un solo voto de los electores que no fueron a votar en las últimas autonómicas, comicios en los que por primera vez las urnas arrojaron una mayoría de derechas que dejaron al partido hegemónico de Andalucía con un suelo de 33 escaños.
Éste es el flanco que quiere aprovechar Yolanda Díaz para que la marca que abandera en la comunidad crezca en este último tramo de la campaña, en el que la Ley Electoral impide realizar encuestas, por lo que todos los partidos van a ciegas y guiándose por la energía que perciben en los mítines y actos.
“En 2018, no ganaron ellos, perdimos nosotros porque nos quedamos en casa”, clamó la vicepresidenta desde el escenario del auditorio Los del Río, en Dos Hermanas, cuna del sanchismo de primer cuño y gran municipio del cinturón rojo de la provincia de Sevilla donde de manera ininterrumpida el PSOE ha ganado todas las elecciones convocadas en período democrático, salvo las primeras municipales de 1979, que ganó el Partido Comunistá.
No es baladí el espacio escogido. Aunque fuentes de la coalición aclaran que el marco no fue seleccionado con el ánimo de “echar un pulso”, lo cierto es que el del martes, con más de tres mil asistentes, es el mitin más multitudinario de toda la campaña celebrado hasta la fecha, tan sólo comparable con el del segundo fin de semana de campaña, celebrado a los pies del Teatro Romano de Málaga y protagonizado por Juanma Moreno y su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo.
También fue Dos Hermanas la plaza escogida por Pedro Sánchez para fotografiarse junto a Juan Espadas en las horas previas a que arrancara oficialmente la campaña. El resultado entonces fue un acto de unas dos mil personas que se recuerda, al menos gráficamente, por la escasa rentabilidad mediática de ocho ministros del Gobierno de España y con una escenografía demasiado parecida a aquellas que se repetían por los pueblos donde, desde antiguo, el PSOE tenía a mano las holgadas mayorías.
Más allá de la guerra de cifras y número de sillas, “no es tanto cuántos sino con qué ánimo”. Fuentes del PSOE consultadas por Economía Digital, reconocen que esta campaña “está costando” por muchas razones, ola de calor, desconexión, desmovilización de la izquierda, falta de conocimiento del candidato… La tarea se pone más cuesta arriba, reconocen, con la presencia en campaña de un huracán mediático como es la vicepresidenta Yolanda Díaz, estrella invitada en esta última fase de la campaña de Por Andalucía.
En Dos Hermanas, el martes pasado, la sensación a la salida por parte de muchos de los presentes era estar asistiendo a un nuevo proyecto, que genera ilusión.. y hasta sorpresas, como el paseo por el escenario de un pavo real, inquilino del parque que rodea el auditorio donde se celebró el acto, y que el equipo de campaña quiere que se convierta en el talismán de la formación. «Será por plumas», bromeó un simpatizante en el mitin.
Cuánto puede durar esta sensación de entusiasmo o cuánto pueden durar unidos los seis partidos de la coalición (Izquierda Unida, Podemos, Más País, Equo, Alianza Verde, Iniciativa del Pueblo Andaluz) para que esta ilusión persista es una pregunta a la que nadie quiere dar respuesta.
“Habla en primera persona de lo que le ha costado arrancar el acuerdo del SMI, la reforma laboral, ese caudal es oro para nosotros, para nuestra militancia y para quienes nos miran con simpatía que son muchos en el bloque progresista”, valoran fuentes de la campaña de la candidata Inma Nieto.
¿Significa esto que el PSOE puede temer un sorpasso como ocurrió con Más Madrid en las últimas elecciones autonómicas? Las fuentes consultadas rechazan de plano esta posibilidad pero sí observan un estancamiento de los socialistas cuando no una pérdida de hasta cuatro escaños respecto a los actuales, es decir, quedar por debajo de los 30 escaños.
En el bloque de la izquierda, hay una segunda pugna no menor: la protagonizada por Teresa Rodríguez y su candidatura, Adelante Andalucía. A día de hoy, una parte del electorado de izquierdas sigue identificando a la política gaditana como el referente en el espacio que queda a la izquierda del PSOE. Su dominio de las redes sociales (la Junta Electoral le negó financiación para la campaña) y el buen papel ejercido en los debates, donde fue la que mejor supo aprovechar la contraréplica con Macarena Olona, le convierten en una figura identificable en el espacio de la izquierda, aunque muchos todavía la ubiquen en Podemos, cuyo divorció definitivo fue en marzo de 2020. Para evitar confusiones, su cara aparecerá en las papeletas en los colegios electorales.
Con ello, una anécdota ilustra el cacao de nombres al que se enfrenta el votante cuando acuda a las urnas. En el mitin de Dos Hermanas, Juan López de Uralde, portavoz de Equo en el Congreso de los Diputados, casi al final de su intervención, llamó al voto a los presentes al grito de “Vamos Adelante Andalucía”. Si fue un lapsus o una fórmula poco oportuna, es algo que sólo él sabe, pero lo cierto es que despertó chascarrillos entre la prensa y el front row del acto.
Con una fragmentación del voto progresista, en aquellas circunscripciones en las que las fuerzas de izquierda no logren ahormar escaño, los restos podrían ir a parar al Partido Popular.