¿Son rentables los Goya en Sevilla? Las cifras detrás de la gran noche del cine español
Los Premios de la Academia regresan a Sevilla con el objetivo de reeditar el impacto económico de 57 millones de euros de 2019 gracias a una proyección mediática que supondrá, también, una lanzadera para Antonio Muñoz en las municipales de 2023
Muchos espectadores recuerdan la gala de los Goya de 2019 por la versión que interpretó Rosalía del Me quedo contigo, un clásico entre los clásicos de Los Chichos. Pero, para la Academia del Cine el verdadero hito de aquella edición era que aquella era la segunda vez en la historia que los premios más importantes del cine español, creados en 1987, se entregaban fuera de Madrid. La de Barcelona del año 2000 fue la primera, la de Sevilla de 2019, la segunda, ciudad a la que regresa cuatro años y una pandemia después.
Para Muñoz, el regreso de este gran evento, tarea en la que lleva trabajando prácticamente desde el día siguiente de la gala 2019, tiene una importancia mayúscula en su agenda de alcalde por dos razones: la primera es que como responsable de las políticas de Cultura de la ciudad, en su programa de gobierno ha explicitado su intención de convertir a Sevilla en un referente nacional de la industria cinematográfica. Y en este sentido, opina que los Goya “van a contribuir de forma decisiva al proceso de recuperación tras la pandemia y van a suponer un impulso al posicionamiento de Sevilla como referente cultural a nivel nacional”. No en vano, Sevilla es la tercera ciudad en número de académicos, tras Madrid y Barcelona, y Andalucía tiene una industria audiovisual cada vez más relevante.
La segunda razón es de carácter político: para cuando se celebre la gala, en el primer trimestre de 2023, estará tocando a su fin su mandato como alcalde al que Muñoz llegó de manera accidental. Toca revalidar en las urnas, cuando se celebren las elecciones municipales, previsiblemente en la primavera del próximo año, su bastón de mando al frente de uno del ayuntamiento de más calado para los socialistas. Y los Goya, con sus actos previos que ya se preparan –encuentros con actores y cineastas, exposiciones, proyecciones de películas nominadas…- son, sin duda, un escaparate desde donde vender gestión y también ilusión en estos momentos de incertidumbre.
Lo cierto es que de la gala de Sevilla en 2019 salieron dos conclusiones evidentes: la primera es que la capital andaluza se crece cuando toca organizar eventos a lo grande, como da fe la recuperación de las Fiestas de la Primavera; la segunda es que Sevilla había abierto la espita para que capitales de toda España entraran en una suerte de competición por albergar los Goya, conscientes de que el cine, y todo lo que le rodea, es una de las mejores herramientas de promoción de una ciudad.
Desde el punto de vista de los costes, en 2019, Sevilla aportó, entre las partidas de las arcas municipales y varios patrocinadores, unos 1,3 millones de euros. Un año después, la 34ª edición se celebró en otra ciudad andaluza, Málaga, con una aportación de dos millones de euros realizada entre varias administraciones –Ayuntamiento, Diputación, Junta y Fundación Unicaja-, ciudad que repetiríaen 2021, aunque, debido a la pandemia, se trató de una gala sin público y en gran parte desarrollada, como casi todo por aquel entonces, por Skype.
La última gala hasta la fecha, la del pasado febrero, se celebró en la ciudad de Valencia, que dado que el aforo era más reducido a causa de la pandemia, afrontó una inversión menor, unos 800 mil euros.
Cifras todas muy lejanas al rédito económico que logra una capital cuando acoge un evento de estas características. Aunque, según las fuentes municipales consultadas por Economía Digital, todavía no está cerrado el coste de todas las partidas que entran en juego en la organización de una ceremonia así, las cifras y necesidades que se irán concretando a medida que se acerque 2023, el Ayuntamiento de Sevilla sí dispone ya de un informe interno con la evaluación de los Goya 2019.
Según este documento, la celebración de los premios Goya en 2019 supuso un impulso definitivo al posicionamiento de Sevilla como sede de grandes eventos, especialmente en el ámbito de la cultura, y para la proyección internacional del Palacio de Exposiciones y Congresos.
En global, se calcula que aquella gala generó un impacto económico de más de 57 millones de euros: de manera directa, los 3.200 invitados de la gala gastaron en la ciudad 5 millones de euros, en concepto de hoteles, restauración, transporte, servicios turísticos y otros servicios de imagen. Desde maquillaje, a peluquería, agencias de acreditaciones y representación, acomodadores, personal de seguridad… son centenares las contrataciones que se hacen para un evento de estas características.
Asimismo, el Ayuntamiento ha analizado, a través de una auditoria externa, el impacto en promoción de la ciudad. Entonces, fueron centenares y centenares los reportajes y menciones en medios de comunicación de toda España de la ciudad como sede de una ceremonia de primer nivel mediático que, por primera vez en tantos años, salía de la capital de España. En relación con la promoción de la ciudad el estudio concluye un impacto de promoción valorado en 38,8 millones de euros de los cuales: 10,4 millones en prensa escrita; 2,5 en radios; 11,8 en televisión y 13,9 en medios digitales. En cuanto a la marca Ayuntamiento, el impacto estimado es de 13,5 millones de euros, de los cuales 2,4 millones se corresponden con prensa escrita, 5,3 con la televisión y 5,7 con los medios digitales.
Celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congreso del Ayuntamiento de Sevilla, la gala supuso también un relanzamiento del espacio diseñado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra para la captación de grandes eventos para Fibes y, de manera general, un impacto incalculable para todas las acciones de promoción de la ciudad realizadas a partir de entonces.
Buena noticia para Sevilla, buena noticia para el sector
Los resultados de aquella primera gala en Sevilla ya se han dejado notar en el sector, aunque el zarpazo de la paralización por la pandemia todavía haga complicado cuadrar las cuentas. Para Piluca Querol, directora de la Andalucía Film Commission, “todo evento cinematográfico que se atraiga a Andalucía es una gran noticia. Y no sólo la celebración de los Goya, todos los procesos que implican a la producción audiovisual son positivos, el desarrollo de guiones, los rodajes, la postproducción, estrenos, festivales y cómo no, los Premios Goya. Estos encuentros, además de su parte lúdica como puede ser una gala, son también encuentros profesionales, atraemos a nuestra ciudad a profesionales que conocerán mejor a la industria local, descubrirán localizaciones e infraestructuras también”.
Porque aunque, en lo que llevamos de campaña electoral, todavía no se ha escuchado a los presidenciables a la Junta hablar de sus programas en materia de cultura y la industria del audiovisual, lo cierto es que, como apunta Querol, “los datos económicos y de empleo que genera la actividad audiovisual revierten en la industria y en muchos sectores más”.
Para Marta Velasco, productora, actualmente en los cines con La maniobra de la tortuga, y presidenta de la Academia de Cine de Andalucía, y a su vez académica de la Academia del Cine, el regreso de la gala de los Goya a Sevilla es una “buena noticia” que supone “visibilidad y promoción para la ciudad”, pero también, subraya, “un espacio ideal para el encuentro de profesionales del sector de todos los ámbitos de los que luego surgen futuros proyectos”.
Para Querol, los profesionales del audiovisual andaluz “hacen un esfuerzo enorme por desarrollar producciones desde nuestra tierra, la competencia frente a otras comunidades autónomas es enorme, no lo tienen nada fácil. Además del talento técnico y artístico de sobra conocido, esperamos que el apoyo sea mayor para que puedan seguir desarrollando la actividad empresarial desde aquí y siga revertiendo de manera positiva”, defiende la responsable de promover Andalucía como el mejor espacio para desarrollar los proyectos audiovisuales, frente a localizaciones con larga tradición, al margen de Madrid, como Cataluña o Comunidad Valenciana.