Sevilla aspira a que los Goya animen la industria de rodajes que ya supera registros prepandemia
La capital andaluza recibió el año pasado 212 rodajes, en 2021, con 198, el volumen de negocio fue de 20 millones, cifra que se prevé rebasar en 2023 por el impacto de la gala de los Premios de la Academia
Sevilla ya ha superado, y con creces, el número de rodajes que recibía antes de la pandemia, y aspira batir de nuevo en este 2023 marcado, a nivel cinematográfico en la ciudad, por la celebración de la 37ª gala de los Premios Goya, el próximo 11 de febrero en FIBES.
La edición que acoge «una de las mejores cosechas de cine español de toda su historia«, según la crítica, ha sido presentada esta semana en Fitur, por Antonio Muñoz, alcalde de Sevilla, y Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia del Cine, el gran evento cinematográfico, para el que el Ayuntamiento ha reservado ya 2,6 millones de euros, y que aspira a batir los registros de la gala de 2019 y que tres años después se recuerdan como una de los proyectos más rentables de los últimos años.
Si en 2019 Sevilla acogió 116 rodajes y movió en la ciudad una inversión cercana a los 16 millones de euros, la cifra cayó en 2020 a los 69 rodajes (y un negocio de 7 millones) como consecuencia de todas las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia.
Sin embargo, el cierre de los ejercicios 2021 y 2022 demuestra la fortaleza de una industria en Sevilla, que pese al parón de la actividad y la competencia de otros territorios, con atractivos patrimoniales o fiscales igual o más interesantes, ha seguido al alza y creciendo.
En concreto, en 2021, los rodajes ascendieron a 198 con un volumen de inversión asociado de 20 millones. A falta de conocer el cierre económico de 2022, que terminará de calcularse en las próximas semanas, el dato que se maneja es el de número de rodajes: 212 proyectos audiovisuales eligieron la capital andaluza como sede para filmar una parte o el metraje completo de sus películas, series, documentales o spots publicitarios, lo que significa un incremento del 22% de esta actividad.
El alcalde de Sevilla ha querido poner en Fitur el acento en la industria audiovisual de Sevilla, que engloba la captación de rodajes pero también el fomento de la cultura y la producción cinematográfica que hace el Festival de Cine Europeo. No en vano, Sevilla es la tercera ciudad en número de académicos, tras Madrid y Barcelona, y el panorama nacional Andalucía tiene una industria audiovisual cada vez más relevante.
«Los Goya 2023 en Sevilla no se reducen exclusivamente a la gala y entrega de premios sino que se van a celebrar actividades a lo largo de varios días antes que van a crear un clima cinematográfico en una ciudad que de por sí tiene una tradición cinematográfica amplísima, en unos momentos en los que ha cobrado importancia enorme el cine andaluz y sus cineastas constituyen una parte muy especial de la industria en la actualidad”, subrayó Méndez-Leite.
Porque más allá del brillo de la alfombra roja y el entusiasmo con que la ciudadanía y los visitantes acojan la veintena de actividades que se desarrollarán en la ciudad en las próximas semanas -entre exposiciones, conciertos, proyecciones, mesas redondas y actividades con cineastas-, el legado de esta ceremonia será todos esos contactos, reuniones y conversaciones entre profesionales del sector al calor de estos encuentros que derivarán, a la postre, en proyectos que podrían tener su sede en Andalucía y en Sevilla en particular.
El legado de una alfombra roja
Todavía no se han cerrado los datos de rodajes de toda Andalucía en 2022, pero «todo apunta aún ascenso moderado», destaca Piluca Querol, directora de la Andalucía Film Commission, que también este año ha visitado Fitur, feria en la que el turismo cinematográfico -aquel vinculado a los enclaves icónicos de las producciones de éxito- está en auge.
De hecho, en la feria de turismo, Querol ha presentado Andalucía, destino de cine, las rutas de la Red de Ciudades de Cine para dar a conocer los mapas de cine así como las rutas que dan cuenta del sello andaluz que tienen los grandes éxitos de la cultura mainstream.
Es decir, rutas monográficas de largometrajes, como El verano que vivimos o Lawrence de Arabia, temáticas como Playas de Cine, Hoteles de película o las dedicadas a directores como Pedro Almodóvar o Manuel Martín Cuenca o de series como de The Crown, La Peste o, el gran éxito internacional que fue Juego de Tronos. Por ejemplo, el castillo de Almodóvar, en Córdoba, el Real Alcázar de Sevilla o el conjunto arqueológico de Itálica se han convertido en auténticos centros de peregrinación para la legión de fans de Juego de Tronos.
«Los procesos de desarrollo de guión y producción cinematográfica son lentos y laboriosos. Los premios Goya en Sevilla, los festivales y los mercados sirven como puntos de encuentro de profesionales», opina la directora de un organismo destinado a facilitar la captación de rodajes en Andalucía y conectar a los promotores de esos proyectos con las administraciones o entidades. En un país aquejado desde antiguo por el mal de la burocracia -el «vuelva usted mañana» de Larra- no hay comunidad o municipio que no aspire a tener su propia Film Commission o Film Office que agilice los trámites y ponga a disposición de cineastas de todo el mundo los encantos de su pueblo.
Una campaña publicitaria «impagable»
El impacto de la gala de los Goya se puede medir en los proyectos que llegarán a partir de su celebración pero también en el rédito publicitario que recibe la ciudad. Tras la celebración de la gala de 2019, la segunda vez en la historia que la Academia trasladaba fuera de Madrid esta ceremonia, el Ayuntamiento de Sevilla encargó una auditoría que cifró en unos 57 millones de euros el impacto publicitario en la ciudad equivalente a las miles de noticias, menciones y rendimiento de la imagen en positivo generados.
«No tendríamos dinero suficiente en el Ayuntamiento para pagar la campaña que supuso los Goya. Es impagable», confesó Muñoz a los medios en Fitur, un alcalde fajado en la larga campaña electoral que queda hasta el próximo 28 de mayo que, sin duda, tiene en el sinfín de actos previos que conlleva una gala de los goya un escaparate desde donde vender gestión pero también esa ilusión y brillo que tiene el cine.