Zabalza saca los colores a Homs en el Cercle d’Economia
El cabeza de lista de Junts pel Sí causa perplejidad entre el empresariado catalán, que esperaba una rectificación sobre la resolución soberanista del Parlament
Un día esperado. El Cercle d’Economía, que se ha caracterizado en los últimos años por su posición firme en favor del diálogo, con una crítica clara sobre el proceso soberanista, con la presidencia de Josep Piqué y con la actual de Antón Costas, acogió este miércoles a Francesc Homs, el cabeza de lista de Junts pel Sí a las elecciones generales.
Era el momento para que Homs, conseller de Presidència hasta ahora, el hombre de Artur Mas en el Govern y el alfil del movimiento independentista, ofreciera algunas garantías al empresariado catalán. Garantías para comprender que los convergentes buscarán algún acuerdo en Madrid y que rectificarán en Cataluña para recomponer las cosas. Pero no se produjo tal cosa.
Homs no supo contestar. O no lo tenía previsto, o no quiso. O no pudo. Quien lanzó un torpedo a su línea de flotación fue el empresario y economista Antoni Zabalza, presidente de Ercros y ex secretario de Estado de Hacienda con los gobiernos socialistas. Zabalza recogió el guante de otros miembros del Cercle, presentes en el acto, en el que Homs iba a desgranar el programa económico de Junts pel Sí. Y atacó las contradicciones del político independentista.
Sin argumentos para justificar la ruptura
Francesc Homs, un dirigente al que se le acusa de muchos de los males de Mas, por su consejos «siempre erróneos», según un significado político convergente, destacó que la economía catalana había capeado la crisis, que el país «funciona» y que la situación ahora es razonable, a pesar de los enormes problemas de tesorería de la Generalitat.
En ese caso, Zabalza le preguntó por qué se prentendía ahora romper con todo, con un país, España, que había posibilitado desde la democracia un salto económico enorme para Cataluña y el conjunto de España. Homs se limitó a considerar que las visiones entre él y Zabalaza eran diferentes, sin entrar en el meollo del asunto. Para Zabalza, «no hay razones de peso» que justifiquen una ruptura con España.
El estupor de los asistentes fue general. El empresariado representado en el Cercle esperaba una cierta apuesta, «con rotundidad» por la legalidad, sin posibilidad de interpretaciones, para dejar claro que la resolución aprobada en el Parlament, de ruptura con las instituciones españolas, no era una opción seria ni posible.
Pero Homs no lo hizo. Consideró que la legalidad «la rompe el Estado español» al aprobar leyes como la de Educación.
Dos mundos opuestos
Se reflejaron dos mundos opuestos. Homs no encajó en el Cercle, a pesar de que aseguró que se había leído todas las notas de los últimos años del loby empresarial.
El argumento de los participantes en el debate fue claro: no puede ser que Madrid sea identificado como el mal, y en Cataluña todo se haga bien.
Uno de los socios, convergente, destacó esa idea. Homs no supo interpretarla. Desazón y cierta tristeza entre el público del Cercle, que sigue teniendo un ADN claramente convergente, y que espera alguna rectificación. Es el caso de Artur Carulla, uno de los vicepresidentes del Cerle, que ha comenzado a mirar para otro lado –ha estado en todo momento al lado de Mas– desde que se aprobó la resolución soberanista. Y eso Mas ya lo sabe.
Los motivos sólo fiscales
El empresario Joan Mas Cantí, y la también empresaria Marta Plana, que ha trasladado su empresa financiera a Madrid, insistieron, sin encontrar respuesta en el político Homs. Plana aseguró que no puede explicar a sus inversores la situación, porque es muy difícil de entender. Y le pidió a Homs si podrá volver con su empresa a Barcelona.
¿Respuesta? «Igual usted se ha ido por otras razones», leáse fiscales. Mas Cantí le reclamó a Homs que no ignore la visión de la Unión Europea. Homs no se inmutó.
Los «cuernos» de Homs
Antón Costas, siempre atento, moderado en las formas, y con la voluntad de buscar un entendimiento, le había espetado si cogerá en Madrid «el toro per les banyes», en busca de esa negociación necesaria.
Homs buscó la gracieta –con un público que no estaba predispuesto a reirse– y pronunció la frase en su castellano con acento de Osona. «Lo cogeré por los cuernos, lo digo para irme acostumbrando».
Y es que deberá hablar mucho más en castellano de lo que lo hace habitualmente.