Susana Díaz pone al PSC en libertad vigilada
El comité federal fija este sábado las fechas del congreso, previsto para junio, a la espera de la decisión de Pedro Sánchez, que depende del posible apoyo de los militantes catalanes
Llegan los meses cruciales. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, se agarrará a la ‘neutralidad’ de Miquel Iceta para poder liderar el PSOE. Y es que hay dos cuestiones íntimamente relacionadas. El comité federal del PSOE se reúne este sábado para decidir las fechas de las primarias a la secretaría general, y el posterior congreso. Pero todo depende de la actitud del PSC, y del posible acuerdo orgánico de los socialistas catalanes con el PSOE para que sus militantes puedan votar en esas primarias, algo que sigue en el aire.
Esa relación directa se ha producido porque todas las opciones de Pedro Sánchez, para poder aspirar a dirigir de nuevo el PSOE, pasan por los militantes del PSC. El primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, ha garantizado la total neutralidad de su partido en el proceso de primarias. Pero Iceta sabe, y también la gestora del PSOE, que dirige Javier Fernández, que los militantes catalanes se inclinarían por Sánchez, o por un tercer candidato, como Patxi López, antes que por Susana Díaz. Y eso crea una enorme tensión en el seno del PSOE.
La gestión de Javier Fernández
Antes, sin embargo, debe llegar el principal acuerdo: qué sucede en la relación orgánica entre el PSOE y el PSC. En las últimas semanas, según fuentes que han participado en las negociaciones, las aguas se han calmado, por dos decisiones del PSC.
La primera, la resolución de la ejecutiva del partido, el pasado 19 de diciembre, en la que se rechaza de forma rotunda todo apoyo al «proceso independentista». En el mismo sentido, este mismo viernes, se pronunció Miquel Iceta, al rechazar los subterfugios de Los Comuns, el partido que impulsa la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sobre el referéndum independentista: «No hay referéndum efectivo, sino es acordado», para dejar claro que no participará en el coqueteo que mantiene Colau con el presidente Carles Puigdemont.
La segunda decisión ha sido la petición a todos los responsables de las federaciones territoriales del PSC de que se mantengan neutrales en el proceso del PSOE, y que no definan el sentido del voto cuando lleguen las primarias.
Los recelos del PSOE
¿Será suficiente para el PSOE? La próxima reunión entre los negociadores del PSOE y del PSC está prevista para el 27 de enero. Sin embargo, a la gestora del PSOE le interesa alargar la resolución orgánica, porque de ello dependerá que Pedro Sánchez decida o no su candidatura a las primarias. Sus partidarios aseguran que si los militantes catalanes pueden votar, tendrá opciones de ganar.
Para Susana Díaz en un juego peligroso. Si se resuelve que los militantes del PSC no pueden votar en las primarias para elegir al secretario general del PSOE –eso es realmente lo que está en juego– aunque sí lo harían para elegir al candidato a la Moncloa, la posible victoria de Díaz tendría una gran sombra de legitimidad. Pero si votan, corre el riesgo claro de perder. La federación del PSC es la tercera en militantes, después de Andalucía y Valencia.
El tercero en discordia, que ha comenzado a moverse, es el vasco Partxi López. Puede ser la fórmula de consenso. De hecho, los partidarios de Sánchez pensaron en él en el caso de que el ex secretario general no tenga opciones. Pero López, según fuentes socialistas, no hará nada sin un gran consenso con todas las federaciones socialistas. Y lo que Javier Fernández ha comprobado es que los principales barones territoriales desean, como Fernández Vara, Ximo Puig, García-Page o Javier Lambán, es que ha llegado definitivamente el momento de Susana Díaz.
El modosito PSC
El PSC ha adoptado ahora una posición modosita, aquellas que los malos alumnos toman cuando son conscientes de la que han liado. Y el objetivo es mantener la relación orgánica con el PSOE. Se miden los pasos, las palabras, y se toman decisiones para asegurar que no habrá ninguna orden interna reclamando el voto para cualquier candidato que vaya en contra de Díaz.
Pero quien debe convencerse de que el PSC ahora va en serio, es la propia presidenta andaluza. Por ello, los sectores críticos, que se han visto reducidos a los cargos de más estricta confianza de Sánchez, creen que se alargará la resolución sobre la relación entre el PSOE y el PSC.
Si no pasa nada en los dos próximos meses, neutralizado Sánchez, Susana Díaz tendrá el camino libre para liderar el PSOE. Y el PSC seguirá influyendo en el PSOE, sin que el PSOE lo haga en el PSC, como ocurre desde la firma del protocolo de 1978.