Rubalcaba le cobra la factura a Navarro: Zaragoza fuera de la dirección del grupo
El PSC recuerda que no se trata de las personas, sino de rehacer la relación
El problema es de gran envergadura. Y, seguramente, era inevitable. La votación en el Congreso de una resolución que planteaba que el Gobierno catalán y el Gobierno central buscaran un acuerdo para convocar una consulta sobre el derecho a decidir en Catalunya ha provocado que se enciendan todas las alarmas. Por primera vez, el PSOE y el PSC votaban de forma diferente. Y ahora la dirección del PSOE se ha cobrado la primera factura. El malestar es enorme y la pieza que se ha sacrificado es la de José Zaragoza, secretario general adjunto del grupo socialista, que deja el cargo.
La dirección del PSOE, encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba, y por Soraya Rodríguez, portavoz en el Congreso, desea cambios sustanciales en la própia dinámica del grupo parlamentario. No se entiende, a partir de ahora, que dirigentes con responsabilidades en ese grupo, como Zaragoza, que era el número cuatro del PSOE en la cámara, se permitan el lujo de romper la disciplina de voto. Zaragoza, desde el Congreso, se limitó a asegurar que él no había pedido esa responsabilidad. Un comunicado del PSC queria precisar que Zaragoza renunciaba a su cargo ante Pere Navarro, y que Rubalcaba aceptaba la decisión. Todo muy formal y educado.
Zaragoza obedeció las directrices de su primer secretario, que no es otro que Pere Navarro, el líder del PSC. De los 14 diputados del PSC, integrados en el grupo del PSOE, sólo Carme Chacón, se negó a votar.
Zaragoza siempre ha reclamado disciplina
Un dirigente del PSC apunta una cuestión que no admite duda. Zaragoza, ex secretario de organización del PSC, estuviera más o menos de acuerdo con la resolución, no podía hacer otra cosa que votarla, porque la mayoría de su partido, en una ejecutiva, así lo había decidido. Y él no ha hecho otra cosa en su vida órganica en el PSC que reclamar que se respetaran las directrices del aparato del partido.
Y esos principios se aplicaron de la misma manera cuando el PSC adoptó la decisión de votar en contra de la resolución soberanista de CiU y ERC en el Parlament. En esa ocasión, cinco diputados rompieron la disciplina de voto y decidieron, como ahora Chacón, no votar. Fueron sancionados, como lo serán ahora los diputados en Madrid.
Por tanto, Zaragoza ha perdido esa condición de secretario general adjunto del grupo del PSOE. Pero, ¿cómo quedará la relación entre el PSOE y el PSC?, porque Zaragoza ocupaba esa responsabilidad en tanto que actuaba de enlace entre los dos partidos. “No se trata de una cuestión de personas, sino del acomodo entre los dos partidos”, recuerdan dirigentes del PSC.
Guerra pide la ruptura
Es decir, más allá del enojo de los dirigentes del PSOE, de la retirada de Zaragoza, del momento de excitación después de comprobar que se ha roto por primera vez la disciplina de voto, más allá de las sanciones económicas que podrían alcanzar los 600 euros a los diputados díscolos, –también a Chacón por no votar en la dirección que se pedía– el PSOE y el PSC deberán recomponer el protocolo de actuación.
Y eso, que lo pedía con una periódica insistencia el PSC, se acelerará a partir de ahora, al margen de que dirigentes como Alfonso Guerra hayan pedido que el PSOE se instale directamente en Catalunya.
Ese cambio en el protocolo podría implicar la salida de los miembros del PSC que forman parte de la ejecutiva federal del PSOE. Y ahí está de nuevo Zaragoza, y Esperança Esteve, diputada que también rompió la disciplina de voto. Los barones del PSOE quieren romper con el hecho de que el PSC pueda influir en la ejecutiva del partido, pero no los dirigentes del PSOE en la ejecutiva del PSC. En el caso de Zaragoza, esa decisión, sin embargo, será complicada, porque fue elegido miembro del comité federal en el Congreso de Sevilla de 2012.
Se trata, en cualquier caso, de un punto y aparte. De un cambio de gran trascendencia. La dirección del PSOE, y la propia Chacón, siguen pensando que el PSC le hace el juego a CiU y a ERC, y que el derecho a decidir que defiende es inadmisible.
Navarro llevará la resolución al Parlament
Pere Navarro, sin embargo, considera que ha ganado algo de fuelle. La resolución votada en Madrid defiende que se pueda convocar esa consulta, pero siempre que se alcance de forma pactada entre el Gobierno catalán y el Gobierno central.
Se trató de una resolución de CiU, con el apoyo de ICV. No la secundaba Esquerra Republicana, que había presentado la suya. El PSC entiende que ahora puede marcar la agenda. Y Navarro anunció este miércoles que presentará la misma resolución en el Parlament para que CiU e ICV, –el PSC descarta cualquier aproximación de ERC– la vuelvan a votar. Será la prueba de que la política catalana camina hacia las tesis socialistas: cualquier solución pasa por un acuerdo, que implicará la reforma de la Constitución.
Pero el PSOE, que considera que ya ha hecho un esfuerzo importante para acomodarse a las necesidades del PSC con la petición de reformar la Constitución para dotar a España de una estructura netamente federal, no quiere saber nada del derecho a decidir.
La fractura, por tanto, entre PSOE y PSC ha comenzado, al margen de lo que haga Carme Chacón.