Requena choca en Convergència contra el ‘investigado’ Homs
La decisión del Tribunal Supremo, que sigue su causa por el 9N, puede aupar al diputado de CDC para repetir como candidato a las generales, tras un inicio de primarias tormentoso
Las primarias de Convergència para elegir al candidato al Congreso han despertado al partido. Silvia Requena, una abogada miembro de la ejecutiva, ha creado nerviosismo en el entorno de Francesc Homs, en una situación inédita en CDC. Pero en la recta final, –los militantes pueden votar a partir de la tarde de este viernes y durante el ‘supersábado’– Homs ha recibido un espaldarazo y es que el Tribunal Supremo ha decidido invetigarle por la causa del 9N, al respetar su condición de aforado.
Muchos militantes convergentes y la propia Requena le ofrecieron este jueves todo su apoyo.
Aunque esa posibilidad del Supremo podría estar «amortizada», por la condición de diputado de Homs, las sensibilidades de los convergentes están a flor de piel y ello podría beneficiar al ex portavoz del Gobierno de Artur Mas.
«Gracias a Silvia, hemos podido ver a Homs»
Sin embargo, Convergència, sumida en una crisis de identidad mayúscula, ha comprobado que es un partido vivo. La frase, de militantes que llaman a la candidata, es ilustrativa, y tiene un componente de crítica ácida: «Gracias a Silvia, hemos podido ver a Homs».
Se refieren a la necesidad de Homs de visitar las agrupaciones locales, de hablar con los militantes de un partido que se ha considerado sin señales de vida en los últimos meses. Homs, un político que ha crecido siempre al lado del poder, –fue jefe de gabinete del conseller de Interior, Xavier Pomés, con sólo 30 años– se le ha visto distante con la militancia y cuadros medios de CDC. Estratega, hombre de Mas desde el inicio, Homs es visto por los «convergentes de toda la vida», como un miembro claro del aparato de CDC.
¿Un 25% de apoyo?
Y a eso se ha acogido Requena, militante desde hace 31 años, que abría «literalmente», la persiana de la sede de Convergència en Terrassa, de donde es originaria.
¿Aporta ideológicamente algo diferente? No lo ha demostrado de forma abierta en las primarias, pero sí reclama una atención a «las formas», a las estructuras de un partido que ha cambiado mucho en los últimos años.
Requena, a quien el ex conseller de Justicia, Germà Gordó, ha ofrecido su apoyo –y que trabaja para ser secretario general del partido– podría acercarse a un 25% de los votos de la militancia, según algunos dirigentes de CDC.
Si esas bases, pero también dirigentes que quieren agitar Convergència y que públicamente no la han apoyado, reaccionan en el último instante, el toque de atención a Homs podría ser importante, lo que significaría, en realidad, un aviso a toda la dirección, también a Artur Mas.
Requena con la JNC, Homs, con la FNEC
La candidata a las primarias es una desconocida para los electores, pero no para el núcleo principal de CDC. Impulsó a Josep Rull, es amiga y ex socia de despacho de Francesc Sànchez –responsable de régimen interno y comunicación de CDC–, de Carles Campuzano, y, en gran medida de toda una generación que hizo política a partir de las juventudes de Convergència, la JNC.
Homs, en cambio, proviene de la FNEC (Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña), igual que otro miembro del núcleo duro de Artur Mas, David Madí.
Las bolas de petanca de Felip Puig
Como si fuera un cuadro de gran profundidad, en el fondo aparece el gran muñidor de Convergència, ahora alejado, pero no del imaginario de los militantes: Felip Puig.
En las primarias, en las agrupaciones, el equipo de Requena ha evocado a Puig, y a sus bolas de petanca. ¿Dónde están esas bolas?
Felip Puig se iba a jugar a petanca a barrios de ciudades, a pueblos, a todos lados, y en lugares no proclives a CDC. En los fines de semana animaba a los militantes, a los que cierran y abren sedes, a los que participan en todas las actividades sociales, para que mantuvieran vivo el partido.
El fantasma del grupo propio
Eso se ha dejado de hacer, y en una organización como un partido político eso es esencial. Esos militantes son los que convencen a sus entornos, los que logran hasta la última papeleta.
Y sin ellos, Convergència podría fracasar de forma estrepitosa el 26 de junio, con un fantasma que planea en los dos equipos de los dos candidatos: que CDC no tenga grupo propio en el Congreso, y que se quede con unos cuatro o cinco diputados, sin el 15% de voto preceptivo en cada una de las cuatro provincias catalanas.
Pero esa militancia, desmotivada y perpleja en los últimos tiempos –sin entender por qué toda la política catalana gira alrededor de la CUP o de ERC— se pierde por los sentimientos.
Y es que a Homs lo investiga el Tribunal Supremo por haber ayudado a organizar la consulta soberanista del 9N. Este sábado lo dilucidarán en las urnas.