Rajoy afronta el 20D cuestionado por las bases pero arropado por la cúpula del PP
"Hay gente que se ve venir el declive tras las elecciones y ya ha interiorizado la moral de derrota"
Mariano Rajoy no gana para disgustos. A sólo dos meses de las elecciones, el presidente del Gobierno no gana para escándalos. La prensa, que se hace eco constante de las discrepancias internas en el seno del PP, pone en entredicho su liderazgo. Los medios hablan de martes negro del PP, porque en esa jornada Arantza Quiroga dimitió, Cristóbal Montoro se despachó con unas polémicas declaraciones y Cayetana Álvarez de Toledo dio un sonado portazo al partido desde las páginas de El Mundo.
¿Está Rajoy realmente cuestionado en el PP? Fuentes del partido reconocen que en las bases hay decepción con el presidente. «Hay gente que se ve venir el declive tras las elecciones y ya ha interiorizado la moral de derrota», explican. Pero añaden que en la cúpula del partido no hay fisura, que todos son hombres y mujeres de Rajoy. «Saben que van todos en el mismo barco y que si se hunde Rajoy, ellos también naufragan», resumen.
Es impensable que Rajoy no sea candidato
Las mismas fuentes explican que no existe ninguna posibilidad de que Rajoy no sea el candidato del PP a la Moncloa en las elecciones del próximo 20 de diciembre y consideran impensable que sea sustituido por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como han apuntado algunos medios. De hecho, recuerdan que los populares han pactado que no impulsarán sus procesos de renovación interna, tanto el nacional como los locales, hasta pasadas las generales.
Luisa Fernanda Rudi, la baronesa de Aragón, por ejemplo, planeaba dejar el cargo tras las autonómicas del pasado mayo, pero Rajoy le pidió que retrasara se marcha y ella escuchó esa petición. Tampoco hay fisuras con otros dirigentes regionales. Tanto Xavier García-Albiol como Alicia Sánchez-Camacho secundan al presidente desde Cataluña, lo mismo que Alberto Núñez Feijóo desde Galicia, Juan Manuel Moreno desde Andalucía o José Antonio Monago desde Extremadura.
También escuece la herida de la Faes
Por eso, en la dirección del partido ha caído como un jarro de agua fría la dimisión de la ex líder del PP en el País Vasco Arantza Quiroga. La acusan de irse en mal momento y de no haber sabido «relajar la tensión» en Euskadi. También ha dolido que, con su intento de acercarse a los abertxales, Quiroga haya quedado ante la opinión pública «como la moderna, cuando en realidad representa la línea más carca del partido».
El golpe ya está dado y ha dolido, pero para tratar de pararlo, si es que aún está a tiempo, Rajoy ha recurrido a un amigo, Alfonso Alonso, que sustituirá a Quiroga. Pero el frente del País Vasco no es el único que tiene abierto Rajoy. También escuece el de la Faes. En las últimas semanas, el presidente de honor del PP, José María Aznar, ha lanzado unas cuantas críticas contra la gestión del Gobierno y se ha hecho eco de esa «moral de derrota» que ya ronda por las bases del partido.
Rajoy ve «indignas» las declaraciones de Aznar
Dicen sus allegados, que Rajoy está realmente enfadado con Aznar y que considera que sus irrupciones mediáticas son «indignas». El ex presidente reclama mano dura con el independentismo catalán, pero para el actual Gobierno, el problema catalán que se vive estos días es fruto del famoso pacto del Majestic que cerraron Aznar y Jordi Pujol en 1996 y que obligó al PP a hacer concesiones «impensables» al nacionalismo.
Los comentarios de Cayetana Álvarez de Toledo, una diputada que se sitúa en la órbita de Aznar y la Faes, han dolido menos, al tratarse de una política de menor relevancia mediática. No obstante, desde el entorno de Rajoy lamentan la «deslealtad» de Álvarez de Toledo que, en su opinión, «sólo ha querido morir matando, pues ya sabía que el presidente no contaba con ella en las listas para el 20 de diciembre».
Se han cometido muchos errores
También restan importancia a las declaraciones de Montoro. El ministro de Hacienda aseguró en una entrevista que muchos miembros del partido se «avergüenzan» de ser del PP. Las declaraciones no son muy afortunadas, pero los populares no cargan contra Montoro, porque ven en ellas una de sus típicas salidas de tono, mientras que en petit comité el ministro recurre al viejo truco de matar al mensajero y culpa de la polémica al periodista que lo entrevistó.
Las mismas fuentes reconocen que en estos años «se han cometido muchos errores». Como el del «plasma», es decir, el de presentar a Rajoy como un presidente «lejano y poco dispuesto a dar explicaciones». Pero también piensan que «no está todo perdido». Que la recuperación económica se empieza a notar y que los votantes lo tendrán en cuenta. Por último, cuentan con otro elemento que creen que puede jugar a su favor: ninguno de los rivales de Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, tiene el suficiente liderazgo como para arrasar en las elecciones.