Mas ataca: deja en el aire el 27S para condicionar a ERC

El President ha recibido el mensaje de dirigentes de CiU para que tome una decisión después de las municipales

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El primer factor es determinante. Artur Mas «no es un político» al uso. La aseveración la realizan muchos dirigentes de CiU, pero, en particular, es Josep Antoni Duran Lleida quien la pronuncia con asiduidad. Y eso quiere decir que el President cumplirá su palabra y convocará elecciones al Parlament el 27 de septiembre. ¿Pero le conviene, a él y a su propia fuerza política?

Siempre hay imponderables, incluso para los dirigentes que no se sienten cómodos en la pìel de un político tradicional. Y Mas lo sabe y lo admite.

En las últimas semanas ha recibido los consejos de distintos dirigentes de Convergència –la cúpula de Unió siempre ha pedido que agote la legislatura– para que tome una decisión después de las elecciones municipales. Una vez conocido el nuevo equilibrio del poder territorial, y con un buen análisis –con la ayuda de la demoscopia– Mas debería seguir adelante, o justificar que lo mejor para Cataluña es posponer los comicios e intentar agotar la legislatura.

Quejas por la actitud de ERC

Hayan o no hecho mella esas consideraciones, lo cierto es que Mas ha tomado posiciones, y ha decidido atacar, ante el supuesto ascenso de Esquerra Republicana en las elecciones municipales. En una entrevista en el canal de televisión de El Punt/Avui, Mas se quejó este miércoles de la actitud de los republicanos en algunas votaciones en el Parlament.

El desencanto, como en aquella película sobre los Panero, que dirigiera Jaime Chávarri, llegó con la decisión de Esquerra de pedir la comparecencia de Mas en la comisión de investigación sobre el fraude fiscal, centrada en el caso de Pujol.

¿Un nuevo tripartito de izquierdas?

Pero también en las reiteradas quejas de Oriol Junqueras sobre la gestión del conseller de Salut, Boi Ruiz, que Mas considera una pieza esencial de su Govern. Todo ello, y la posibilidad de que Esquerra pudiera apostar en Barcelona por un frente de izquierdas que dejara a Xavier Trias sin la alcaldía, han llevado a Mas a asegurar que convocará las elecciones si se mantiene el apoyo de ERC, que es tanto como decir que espera que los republicanos no le dejen en la estacada.

La cuestión es que, precisamente, los dirigentes que han querido hacerse oír ante Mas temen que Esquerra haga lo propio en el Parlament. Con el ascenso de nuevas fuerzas políticas como Podemos o Ciudadanos, en un escenario de fragmentación, y ante la dificultad manifiesta de mantener el guión soberanista, Esquerra podría buscar un acuerdo con Podemos, ICV y la CUP, y formar un nuevo tripartito, que, por lo menos, tendría clara la apuesta por realizar un referéndum de autodeterminación, que es el denominador común al que llega la formación que lidera Pablo Iglesias.

Una crítica inducida para cambiar el rumbo

Fuentes de la federación nacionalista, sin embargo, asegura que Mas podría cargarse de razones para cambiar el rumbo después de las municipales. Si Esquerra no apoya un buen número de alcaldías de Convergència, la fecha de las elecciones autonómicas podría variar.

Oriol Junqueras reaccionó de inmediato. Y afirmó que los republicanos serán «el socio más leal de Cataluña contra la corrupción y a favor de la justicia social y la igualdad de oportunidades». Es decir, se trató de una afirmación para reforzar los valores de Esquerra, a un mes escaso de las elecciones municipales.

Junqueras reiteró que Esquerra no renunciará en ningún momento a la lucha contra la corrupción y la desigualdad, un mensaje nítido a Convergència, que sigue sin superar los casos de corrupción que afectan a la familia Pujol.

Esa es la tensión. Mas es hombre de palabra. No es un político al uso. Pero en ocasiones las cosas pueden cambiar.

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