Los griegos votan: pero ¿qué podrá hacer Syriza si gana las elecciones?
En España, Podemos apuesta por una victoria de Alexis Tsipras para defender propuestas similares sobre el pago de la deuda
Los griegos votan este domingo, casi 10 millones con derecho a voto. Buscarán un nuevo Gobierno que trate de enderezar una situación que ha dejado a una buena parte de la sociedad griega al borde de la pobreza. El ejecutivo que se forme será el sexto, desde la crisis que arrancó en 2008, y que se concretó en el rescate, por parte de las instituciones europeas, en 2010.
La esperanza ahora es Syriza, una coalición de izquierdas que lidera Alexis Tsipras, y que deberá lidiar con una realidad muy cruda.
Los principales datos ofrecen una idea del castigo que ha supuesto la crisis al conjunto de los griegos, un país teóricamente inserido en el club económico más poderoso del mundo, la zona euro.
El PIB se ha reducido en un 25% en cinco años; unas 300.000 familias están al borde de la pobreza; el paro juvenil supera el 50%; y la deuda, tras diferentes planes de reestructuración, es de 300.000 millones de euros.
Superávit primario y crecimiento tímido del PIB
Ante esa situación, el actual Gobierno del conservador Antonis Samaras, defiende que Grecia ya tiene un superávit primario, sin contar con el pago de los intereses de la deuda, y que en febrero podría alcanzar un nuevo acuerdo con las autoridades europeas, teniendo en cuenta que el país ya está creciendo: un 0,7% del PIB en el tercer trimestre de 2014.
Samaras, líder de Nueva Democracia, está por detrás en todos los sondeos, entre cinco y diez puntos por debajo de Syriza. Pero el dirigente conservador espera contar con buena parte de los indecisos que llega, según diferentes encuestas, al 18%.
En cualquier caso, en Bruselas no se duda de la victoria de Alexis Tsipras, y la duda que se mantendrá durante todo el día es si alcanza la mayoría absoluta, o será necesario, si los pactos resultan imposibles, unas nuevas elecciones.
Las recetas de Tsipras, que gustan a Podemos
Tsipras, seguido muy de cerca por Pablo Iglesias, el líder de Podemos que buscará recetas similares a las del dirigente griego si gana las elecciones en España, plantea un conjunto de medidas:
El objetivo principal es abandonar el rescate de forma inmediata; reestructurar la deuda, con una quita por encima del 50% de su valor nominal; y ‘pasar’ de las directrices de la troika, esa especie de institutriz formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Lo que se dirime en Grecia, por tanto, es si es posible otra forma de atacar la crisis económica, que vaya más allá de las recetas de austeridad impuesta por el gobierno alemán de la cancillera Angela Merkel. De hecho, el propio FMI ha admitido que esas recetas impuestas en Europa han sido contraproducentes, porque se ha primado una reducción rápida de los déficits de cada país, y el pago de la deuda a los acreedores.
La austeridad y los tratados europeos
Tsipras no engañara a nadie. Otra cosa es si en los últimos meses ha llegado a algún tipo de acuerdo con las autoridades europeas, teniendo en cuenta que su victoria está cantada en las elecciones de este domingo. En un artículo esta semana en Financial Times, una de las biblias del liberalismo económico y que en los últimos tiempos no ha dudado en bendecir la salida de la reestructuración de la deuda, Tsipras mostró su ideario:
«La austeridad no es parte de los tratados europeos. La democracia y el principio de soberanía popular sí lo son. Si el pueblo griego me respalda con su voto, la aplicación de nuestro programa económico no será una práctica ‘unilateral’, sino una obligación democrática».
Todos están avisados. Y los primeros, los griegos, que están votando este domingo. En Bruselas, y en toda España se siguen con especial interés.