La sociedad civil cerca a Puigdemont para que anule el referéndum
Diferentes colectivos sociales reclaman al gobierno catalán que dé un paso atrás y reprochan a terceros, como el NYT, que ría las gracias a los soberanistas
Recta final y reacción de la sociedad civil, de profesionales, exdirigentes políticos, intelectuales y profesores que reclaman al Gobierno catalán que rectifique. Es lo que pide un centenar de personalidades, que instan al presidente Carles Puigdemont a retirar la convocatoria del referéndum. “Es por todo esto, y por dignidad democrática, que pedimos la suspensión de la convocatoria de referéndum, dado que no se cumplen los requisitos imprescindibles para que sea democráticamente homologable”, se afirma en un manifiesto que lleva por título Por Catalunya y la democracia.
La petición la realizan personalidades como Eugeni Bregolat, Josep Antoni Duran Lleida, Santiago de Torres, Carles Gasòliba, Jordi Hereu, Joan Tàpia, Pere Navarro, Carlos Losada, Josep Joan Moreso, Jordi Mercader, Andreu Morillas, Antoni Zabalza, Antoni Vives, Manuel Cruz, Eugeni Gay o Victoria Camps.
Pero ese manifiesto se une a otra iniciativa, con porfesionales también de distinto signo, pero que trabajan para buscar una alternativa al soberanismo, y que rechazan que terceros, como The New York Times, “ría las gracias al independentismo”. Se trata de Societat Civil Catalana, o Clac, con el apoyo de profesores universitarios, que han enviado una carta al rotativo en forma de enmienda a la totalidad a sus informaciones y al editorial de la pasada semana en el que defendía el referéndum soberanista. Se trata de nombres como Teresa Freixes, presidenta de Concordia Cívica, o de Mariano Gomà, presidente de Societat Civil Catalana, o de Miriam Tey, fundadora del Centro Libre de Arte y Cultura.
Las entidades constitucionalistas se movilizan en la recta final en contra del referéndum
Esas dos iniciativas, que coincidieron este jueves, representan un arco ideológico muy plural, que no se resigna al proyecto de Puigdemont, determinado a llevar a la sociedad catalana a un callejón sin salida, con el Gobierno central en la tesitura de acertar con el momento más apropiado –a su pesar– para impedir un referéndum ilegal.
En el manifiesto Por Catalunya y la democracia, el centenar de personalidades considera que no todo se acaba ni se inicia con el 1 de octubre. “Catalunya, entidad nacional y jurídica, existe y existirá antes y después del primero de octubre, y su continuidad la garantiza, afortunadamente, la Historia y su voluntad de ser, reafirmándose en la pervivencia y primacía del Derecho y de la democracia. Cataluña, heredera de la tradición jurídica más noble e irrenunciable, ha crecido en su entorno”.
En cambio, lo que el gobierno catalán pretende realizar el 1 de octubre es un acto contrario a esa propia esencia. Los cien firmantes combaten ese proyecto: “La reciente convocatoria hipotéticamente refrendaria no se fundamenta ni en el Estatuto, ni en la Constitución, ni en el Derecho Internacional. Al contrario, atenta a la esencia misma de la pervivencia del Estado de Derecho”.
Son abogados, empresarios, catedráticos, ex diputados, economistas, médicos, periodistas… un conjunto de personalidades de todos los ámbitos que no desean llegar un choque de trenes con el Gobierno español, y que piden que Puigdemont deje de lado el referéndum y busque una negociación con el Ejecutivo central.
Bregolat, Duran Lleida, Gay o Hereu fimarn el manifiesto Por Catalunya y la democracia
El bloque soberanista reacciona de forma furibunda –las redes sociales son un monopolio del soberanismo– ante esos intentos de la llamada tercera vía, empujando al Gobierno catalán a seguir un proyecto que, en el mejor de los casos, puede mutar a una movilización en las calles el 1 de octubre que acabe, en realidad, en una enorme frustración para todo el colectivo.
Mientras aparecen esas acciones, ya sea de colectivos cercanos a Portes Obertes al catalanisme, que agrupa a ex dirigentes de Unió Democràtica y el PSC, que han hecho circular el manifiesto Por Catalunya y la democracia, con un impulso importante por parte del jurista Eugeni Gay, las entidades soberanistas mantienen el pulso. Tanto la ANC como Òmnium Cultural empujan al Govern a seguir adelante, “a poner las urnas”, con llamadas que rozan la irresponsabilidad, como la protagonizada por el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, que ha pedido a los que tengan “miedo” que se aparten, y se queden sólo los que están dispuestos a aguantar el pulso al gobierno de Mariano Rajoy.
Jordi Cuixart, de Òmnium Cultural, dice que quien tenga miedo que se aparte
A la espera de que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras ofrezcan algunas “garantías” el próximo martes, en un acto en el Teatre Nacional –el PSC ha pedido que se entregue el contrato de alquiler para comprobar que se ha producido realmente una petición para utilizar el espacio—para poder celebrar el referéndum, el colectivo de la sociedad civil busca también que Mariano Rajoy mueva ficha: “Igualmente, con la misma convicción y el mismo sentimiento de urgencia, pedimos, a quienes tienen la legitimidad política para hacerlo, y en particular al Gobierno español, que se esfuercen al máximo para acordar soluciones positivas para Catalunya y para el conjunto de España”.
Por su parte, los constitucionalistas que se han dirigido al New York Times, reclaman que los medios internacionales “no compren” la mercancía de los soberanistas. A pesar de que Carles Puigdemont se vanaglorió en el Parlament de no haber pagado ni euro al rotativo, ensalzando su editorial, lo cierto es que el gobierno catalán se ha volcado en el mimo hacia los medios internacionales, principalmente los anglosajones.
No es una cuestión de ayer. El Gobierno catalán, ahora y en los mandatos del tripartito, ha cuidado el trato con los corresponsales internacionales, en especial al New York Times, cuyo titular en España es Raphael Minder, de origen suizo, educado en el Reino Unido, y totalmente familiarizado con los referéndums.
El soberanismo lleva mucho tiempo mimando a los corresponsables de diarios como el NYT o FT
También se ha tenido una buena relación con The Financial Times, con Victor Mallet, como corresponsal y ahora con Tobias Buck, que deja la plaza para tomar la de Berlín. Antes de dejar Madrid, sin embargo, ha dejado un reportaje en el diario financiero sobre cómo “el referéndum de Cataluña muestra una España dividida”, con una pregunta que deja en el aire sobre el porcentaje necesario de apoyo que deberían tener “los catalanes” para que Madrid y Bruselas “cedan”.
Los esfuerzos para que los puntos de vista del independentismo se reflejen en los medios internacionales se intensifican, sin una respuesta igual por parte del Gobierno español.
Es la reacción interna, la de la propia sociedad civil, la que está reflejando en Cataluña que hay también una parte de catalanes que está en contra, no ya de la independencia, sino de la propia convocatoria del referéndum.
Los movimientos se van acelerando, a las puertas ya de agosto, donde las entidades soberanistas quieren hacerse oír, con actividades en los propios centros de ocio, en la playa y en las montañas, donde se quieren alzar una multitud de esteladas. Se acerca la recta final.