La derrota olvidada de Ada Colau en Barcelona
Cinco años después del desalojo, la sede de V de Vivienda en la capital catalana --organización donde la alcaldable se forjó como activista-- no es más que un descampado a la espera de que se edifique un hotel
Barcelona En Comú, plataforma política liderada por Ada Colau, es la favorita para ganar las elecciones municipales en la capital catalana. La encuesta del CIS sitúa a la activista de la PAH como probable alcaldesa con 11 concejales frente a los 8 del actual primer edil, Xavier Trias (CiU). En dos semanas, cuando acabe la campaña electoral, se dictará veredicto y sabremos si Colau ha logrado capitalizar el descontento ciudadano por la tragedia de los desahucios y el crecimiento sin control del turismo. Dos fenómenos que durante años han aquejado la ciudad de forma latente y que se reflejan en una derrota ya olvidada: el desalojo y derribo de la sede de V de Vivienda para construir un hotel.
El Espacio Social Magdalenes se encontraba ubicado en la calle del mismo nombre en el barrio Gótico. Hoy en día no es más que un solar con andamios que sostienen las paredes de los edificios adyacentes. El descampado espera la construcción de un hotel de la firma Catalonia Hotels & Resorts tras una inversión de 10 millones de euros. Las previsiones del proyecto señalan que debería estar listo a finales de año.
Derribo
El inmueble fue ocupado por varios colectivos en 2006 para impedir un desahucio. Lo que allí ocurrió previamente fue todo un símbolo de las malas prácticas del boom inmobiliario. La propietaria del edificio había vendido a Hoteles Catalonia el espacio sin informar que aún vivían inquilinos (con rentas antiguas) en él. La firma igualmente solicitó licencia hotelera y el derribo al ayuntamiento, que lo aprobó con votos de, entre otros partidos, ICV (compañeros de aventura política con Colau).
Tras descubrirse el entuerto, la propietaria fue condenada a pagar a la hotelera, el consistorio reculó, y una sentencia judicial obligó al desalojo de los activistas. Finalmente, los vecinos fueron reubicados por los servicios sociales del ayuntamiento y la propia hotelera. El caso quedó en stand by. Con el alcalde Trias y un nuevo plan de usos, el proyecto renació en 2014 con su derribo final.
Reivindicaciones
En los años que duró la ocupación, el local se convirtió en un punto neurológico del activismo social, apoyado incluso por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). Entre otros grupos, acogió al movimiento por una vivienda digna –conocido popularmente como V de Vivienda–. El embrión de la PAH centraba sus acciones en el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución española: el derecho a un techo en condiciones.
Colau, junto a otros jóvenes ganaron tablas en este espacio. Se formaron en materia legislativa y urbanística interviniendo en conflictos diarios. Medidas como una moratoria a la proliferación de establecimientos turísticos o el blindaje del derecho de la vivienda, que figuran entre las propuestas de Barcelona en Comú, ya se pedían hace diez años. Pero, ahora, es cuando tienen opciones de prosperar.