Gordó, el hombre que De Alfonso propuso a Fernández Díaz para acabar con Mas
El director de Antifraude le explicó al ministro que tenía un plan consensuado con los principales empresarios catalanes, con el beneplácito del ex conseller de Justícia, que ahora aspira a liderar Convergència
El director de la Oficina Antifraude, Daniel de Alfonso, tenía un plan para acabar con el proceso soberanista, y lo trasladó al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. Su hombre era Germà Gordò, entonces conseller de Justícia de la Generalitat, y ahora diputado, que aspira a la secretaría general de Convergència Democràtica. En sus conversaciones con Fernández Díaz, reveladas por el diario Público, De Alfonso asegura que cuenta con el beneplácito de Gordó: «Yo he tenido reuniones con él, a ver, evidentemente, ya lo dijo Alfonso Guerra, te mueves y te pegas la leche antes de que salgas. Él calladito, aunque alguno ya va sacando su nombre, él calladito. Pero él está encantado. Cuando él me oye contarle eso, no me dice no».
Las conversaciones se produjeron semanas antes de la consulta del 9N. En el diálogo con Fernández Díaz se dice «antes de que acabe octubre». En esas fechas, por tanto, De Alfonso dibuja un plan para hacer frente al proceso soberanista. Y asegura que lo ha hablado con empresarios catalanes. «Hemos hablado con Isidro Fainé, desayunamos todos los meses y comentamos cosas; con José Luis Bonet, que incluso viene a las comidas que yo organizo en Santander en verano; con Julio Fernández, de la asociación de empresarios gallegos de Cataluña; con José Manuel Lara (fallecido) y vas hablando con empresarios fuertes y dicen: ‘Esto lo tienes que hablar, esta es una salida'».
Impedir la consulta
El fin de Convergència
Ante esa posibilidad, De Alfonso habló con Gordó. «Tienes que saberlo, Germà, los empresarios te apoyarán, el electorado del comercio, de la industria, de la empresa, de la tranquilidad de Cataluña que a vosotros… –le tienes que vender además un cierto cariño– os ha dado la mayoría absoluta durante veinitantos años, 23….Ese electorado no ha desaparecido, ese electorado no se va a ir a Esquerra, ese electorado no se va al PSC, ese electorado o va a votar en blanco o no va a votar. Pero al partido lo estáis hundiendo, lo está hundiendo el presidente. Tenéis –según su última encuesta me dijo– 13-14 escaños, es poquito, poquito…»
Fernández Díaz en ese momento le pregunta: «¿13 o 14 Convergència?» Y De Alfonso le responde: «Sí, podrían bajar hasta 13 o 14. Si se les separase Unió, podrían bajar hasta los 13 o 14. Eso es la ruina del partido». «Eso es el fin del partido», le contesta el ministro.
Lo que le propone De Alfonso, como si se tratase de un emisario para arreglar las cosas, a Fernandez Díaz es que el Gobierno trate de negociar con la Generalitat puntos concretos, –a partir de un documento de 23 puntos que ofreció Artur Mas– y que sea Germà Gordó quien pilote la operación. «Es que clama al cielo. Germà está dispuesto, la empresa en Cataluña está dispuesta, yo confío en que también el Gobierno esté dispuesto y aportaría eso».