Esquerra da largas ahora a Mas para entrar en el Govern

CiU admite que convocará elecciones anticipadas si Rajoy no acepta la consulta

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Los ex dirigentes de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, Josep Lluís Carod-Rovira y Josep Huguet se vanagloriaban en el último tripartito de haber ganado “la agenda política y la batalla moral”. Podrían estar fuera del Govern, o formando gobiernos, con mayor o menor apoyo electoral, pero habían conseguido que toda la política catalana girara entorno al soberanismo, una manera más amable de decir, sin más rodeos, que el independentismo sería el nuevo objetivo.

Y, efectivamente, lo han conseguido, con aciertos propios, y errores –graves—de sus adversarios políticos, en particular de CiU y del PSC.

La estrategia de ERC

El hecho es que para los socialistas se ha tratado de una experiencia muy costosa. Esquerra quería crecer a costa del PSC, no de CiU, como algunos socialistas y analistas pensaron en un primer momento. Dirigentes como Huguet, uno de los estrategas de ERC en los últimos diez años, consideraban que Catalunya debía caminar hacia una nueva situación con dos polos muy claros: una izquierda soberanista y un centro-derecha soberanista, que reservaban a CiU.

Una vez alcanzado ese objetivo –ya están por delante del PSC- ahora buscan la posible hegemonía. Y CiU sigue experimentando una erosión electoral enorme, reflejada en las elecciones y ahora en las encuestas, en beneficio directamente de Esquerra.

Pero la federación nacionalista se ve imposibilitada para cambiar la tónica. Y, después de que el President Artur Mas haya pactado la complicada pregunta sobre la consulta soberanista con ERC, ahora los republicanos tampoco están convencidos de entrar en el Govern. Aprobarán los presupuestos de 2014 la próxima semana en el Parlament, lo que ya supone algo fundamental para los intereses de Mas, pero, por ahora, enfrían la posibilidad de formar parte del Govern, como desea la dirección de CiU.

El espacio de CiU

“En un momento tan complicado, económicamente, y con la tensión que comporta el debate soberanista, es el momento de que ERC entre en el Govern”, asegura un miembro de la dirección de CiU. Es una cuestión esencial para la federación nacionalista, que, pese a algunas voces que sitúan como primordial la suerte del llamado “proceso”, no desea morir como fuerza política. “CiU, el espacio que ha ocupado, y ocupa es necesaria para Catalunya”, se reivindica.

Sin embargo, Mas puede comprobar ahora el llamado ‘efecto Esquerra’, que, sin desgastarse lo más mínimo, sigue creciendo. Por el camino se ha quedado el PSC, que trata de recomponer su espacio, desde hace unos meses con una rectificación en toda regla de la estrategia que se diseñó con Pasqual Maragall en las elecciones de 2003. Y ahora le podría tocar a CiU, que no supo rectificar cuando perdió 12 diputados en la fatídica noche del 25N de 2012.

Elecciones, otra vez

Este viernes las direcciones de los dos partidos que conforman CiU convocaron a sus ejecutivas. Y la determinación no ha cambiado, desde que Artur Mas la anunciara a mediados de 2013 en el Palau de la Generalitat. La idea es convocar la consulta, con la pregunta pactada con ERC, ICV y la CUP. Pero siempre que el Gobierno central la autorice, y siempre que pueda tener un marco legal.

En caso contrario, y a diferencia de Esquerra –su presidente Oriol Junqueras apuesta por convocarla sí o sí—CiU se inclina por convocar unas elecciones anticipadas, como admitieron Josep Rull y Lluís Corominas, los dos miembros de la dirección de CDC.

Sin embargo, esa decisión no debería ser inmediata. Mas quiere tratar de agotar la legislatura, con ERC o con otros apoyos. Sólo si Mas es capaz de gobernar, mejorando en lo que pueda la situación económica, CiU podrá remontar el vuelo, y no ser superada ampliamente por Esquerra.

El Gobierno español, no se mueve

Sin embargo, la presión del bloque independentista, con Esquerra a la cabeza, no garantiza a Mas ese objetivo. Por tanto, y con el apoyo claro en este caso de Josep Antoni Duran Lleida, Mas convocaría elecciones con carácter plebiscitario.

El caso es que para que esa estrategia cobre sentido, Mas desea que Esquerra entre en el Gobierno y asuma también el desgaste que supone la gestión del día a día. Oriol Junqueras, sin embargo, y después de reunirse con Duran Lleida, por primera vez, consideró que “no hay ninguna urgencia” para entrar en el Govern.

Mas buscará cómo explicar una situación tan rocambolesca, con una consulta condenada a que no se pueda celebrar, en una entrevista en TV3 este próximo lunes. Él, cartesiano, ha cumplido con su parte, ahora le toca a Junqueras.

Y el Gobierno español, por ahora, sigue sin mover un dedo. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, reiteró este viernes que la consulta no se puede convocar, sin dejar de lado que el ministerio de Hacienda seguirá sosteniendo las finanzas catalanas.

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