El pacto de Mas y Junqueras: Ni perder ni ganar ahora

La presión del movimiento independentista se acrecentará en las próximas semanas, aunque el horizonte de ERC está en las municipales de 2015

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La presión es manifiesta. El movimiento independentista se siente con fuerzas. Los próximos días serán determinantes para calibrar el futuro inmediato. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) celebra, precisamente, su asamblea el próximo sábado 5 de abril, y de ahí surgirá la nueva iniciativa para la Diada del 11 de septiembre de este año.

Pero, previamente, y a partir del 8 de abril, la ANC podría ya movilizar a la sociedad catalana. Ese día el Congreso de los Diputados rechazará que el Estado pueda transferir la competencia a la Generalitat para convocar una consulta soberanista el 9 de noviembre.

En todo caso, habrá debate y servirá para explorar una posible tercera vía. El PP y el PSOE se lo toman como una oportunidad de oro para tratar de encauzar la situación, después de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la declaración soberanista del Parlament. Pero la ANC está dispuesta a movilizar a todos los partidarios del derecho a decidir el 23 de abril, el día de Sant Jordi. Es decir, el movimiento independentista, que defiende y alienta Esquerra Republicana, seguirá presionando, con todos sus medios para poder votar el 9 de noviembre.

Votar o no votar el 9 de noviembre

Sin embargo, la paradoja de la política catalana es que Esquerra Republicana no quiere forzar unas elecciones anticipadas, y, por tanto, podría seguir apoyando al President Artur Mas con el objeto de ganar algo de tiempo. Esquerra le exigirá a Mas que convoque la consulta, bajo el amparo de una ley de consultas catalana que el Parlament ya tiene prácticamente lista. Y el President firmará esa convocatoria a mediados de septiembre, justo después de la Diada. No quiere que nadie le pueda reprochar que él no hizo todo lo posible para que los catalanes pudieran votar. Pero, ¿y si no se celebra?

El hecho es que Artur Mas es muy consciente de que no quiere “perder ahora”, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, tampoco quiere “ganar ahora”, como aseguran fuentes de CiU, que no ven otra posibilidad que ese pacto tácito con los republicanos, en el que las dos fuerzas políticas se reconocen como adversarios, pero deciden competir en una fuga hacia el futuro.

Esquerra y las municipales de 2015

Es decir, Mas, si anticipa las elecciones, al verse privado de la consulta soberanista, sabe que CiU perdería, de nuevo, una decena larga de diputados, y que el beneficiario sería Esquerra Republicana. Pero Oriol Junqueras no quiere ganar en estos momentos. Los republicanos están recuperando profesionales que trabajaron en los gobiernos del tripartito, pero todavía carecen de cuadros preparados para formar un Govern potente.

Y, en todo caso, la estrategia es otra. Esquerra quiere crecer en todo el territorio, y la base será las elecciones municipales de 2015. Con alcaldías en ciudades y pueblos grandes, con poder en las diputaciones, Esquerra sí podría preparar con contundencia el asalto a la Generalitat, y la posible independencia de Catalunya. Y una posibilidad sería hacer coincidir las municipales con las autonómicas.

Avances económicos

En el caso de Mas, ganar tiempo es indispensable. El President acaba de llegar a un acuerdo con el PSC para sacar adelante el proyecto de BCN World, que supone una inversión de más de 4.500 millones de euros en Tarragona. Es decir, quiere hacer valer los posibles avances económicos a lo largo de la legislatura, y su intención es llegar, por lo menos, a finales de 2015, y convocar, quizá ya en 2016, las elecciones al Parlament. Si lo hace, espera que CiU pueda recuperarse electoralmente.

Ahora bien, un diputado de Esquerra, que forma parte del núcleo de confianza de Junqueras, insiste en que nadie se resignará a que no haya una consulta. Y que “deben pasar cosas”. ¿Qué cosas? Movilizaciones. Serán constantes a partir de ahora.

La reacción del Estado

Y serán constantes porque, desde el primer momento, tanto CiU como Esquerra esperan una reacción del Gobierno central. Esperan que sea el conjunto del Estado el que reaccione con alguna propuesta que determine un nuevo encaje de Catalunya en España. Que después esa propuesta se deba votar, es también imprescindible. Pero quieren forzar la máquina para saber quién, en realidad, tendrá más vértigo, si Mariano Rajoy, o Artur Mas.

En cualquier caso, la máxima se mantiene: ni Mas quiere perder ahora, ni Junqueras quiere ganar ahora.

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