El gasto del Estado reduce el déficit fiscal de Catalunya al 7,7%
Mas-Colell asegura que España "frena" la economía catalana y que el Gobierno quiere recentralizar las prestaciones de las autonomías
En tiempos de crisis, el déficit fiscal de Catalunya es menor. Y el Govern de la Generalitat no lo niega, aunque siga considerando que es excesivo. El Gobierno central, en situaciones como la de los últimos años, gasta más en pensiones y subsidios de empleo, y ello repercute en un menor déficit que ha sido en 2011 del 7,7% del PIB, según el cálculo que ofreció este jueves el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell.
El Govern, sin embargo, a tres meses de la Diada del 11 de septiembre, incide en la magnitud de ese déficit fiscal, que es el elemento central de la reivindicación independentista. Y lo hace ofreciendo el método de cálculo del flujo del beneficio, que mide el impacto de las decisiones económicas del Gobierno en un territorio.
Según ese método, el déficit fiscal en 2011 fue de 15.006 millones de euros, el 7,7% del PIB, por debajo de la media del 8% de los últimos años, y el menor desde 2001. Eso supone, según el Govern, que cada catalán aporta 2.055 euros al años más de lo que recibe.
Entre el 7,7% y el 5,7% de déficit
“En épocas de crisis económica y tasas de paro elevadas, el método del flujo monetario que mide el impacto económico generado por la actividad de la administración central en un territorio toma mucha más relevancia”, se asegura en las conclusiones del informe sobre las balanzas fiscales de 2011.
Sin embargo, el conseller Mas-Colell también ofrece el resultado del otro método de cálculo. En los dos casos se ofrecen los datos neutralizados, es decir, tomando como punto de partida unos presupuestos equilibrados, según el consenso del mundo académico.
Y, según el modelo de carga-beneficio, que imputa a los territorios gastos generales de la administración central, como Exteriores o Defensa, el déficit fiscal es menor y alcanza el 5,7% del PIB, unos 11.087 millones de euros. Un porcentaje que no se considera alarmante en un territorio que está por encima de la media de la renta española, y homologable a lo que ocurre en países como Alemania.
En 2010, el déficit con los dos métodos, fue mayor. Del 8,5%, lo que supuso 16.543 millones de euros, según el sistema del flujo monetario, y del 5,8%, y 11.258 millones, según el de carga-beneficio.
La batalla de las cifras
Aunque en Catalunya hay una mayoría de expertos que calculan balanzas fiscales por el primer sistema, el que arroja mayor déficit fiscal, hay otros que consideran mejor el de carga-beneficio, porque se centra en la prestación y el coste de los servicios de la administración central en cada territorio.
Entre los primeros figuran Núria Bosch, Marta Espasa, o Guillem López-Casasnovas, miembros del equipo de trabajo que colabora con el departamento de Economía de la Generalitat.
Pero hay otros expertos, como Angel de la Fuente, recientemente nombrado director de Fedea, o los economistas Ramón Barberán o Ezequiel Uriel que sólo entienden el flujo de recursos entre la administración central y las autonomías bajo el método de carga-beneficio, al insistir en que el gasto en Exteriores, por ejemplo, beneficia a todas las autonomías, aunque el impacto económico directo pueda estar en Madrid, donde tiene la sede. López-Casasnovas y De la Fuente protagonizan esas dos posiciones.
«España nos frena»
El hecho es que el Govern se acoge al déficit fiscal para reclamar una mejora sustancial del modelo de financiación autonómica, aunque se trate de dos cuestiones diferentes. El conseller Mas-Colell, rechazó, como ha hecho en otras ocasiones, el latiguillo del movimiento independentista, según el cual “España nos roba”.
El conseller lo matizó: “Yo diría que España nos frena, eso sí”. Según Mas-Colell el Gobierno español limita a Catalunya a nivel económico con un corsé normativo que responde “a modelos administrativos anticuados que no responden a una economía moderna”.
Palo a la ministra Báñez
Pero Mas-Colell quiso tirar con dardo, sin abandonar sus buenas maneras. “La situación de estrés de las finanzas catalanas es extrema”, aseguró, con la sospecha de que el Gobierno central sigue sin tener preparado el nuevo modelo de financiación autonómica porque, “podría estar pensando en una recentralización y asumir directamente servicios públicos que prestan las autonomías”. Lo dijo “para provocar, con el ánimo de que me desmientan”.
El conseller pasó al ataque respecto a las balanzas de la Seguridad Social. La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, aseguró que Catalunya, no podría pagar sus pensiones.
Y Mas-Colell la desmintió. “O lo dijo para quedar bien, en ese momento, o si no, es preocupante”, afirmó. Según la Generalitat , Catalunya tuvo superávit en la Seguridad Social de unos 24.000 millones entre 1995 y el 2011, mientras que el resto del Estado tuvo un déficit de 82.000 millones. “Ese superávit global compensa totalmente el déficit de los últimos años de crisis”, precisó.
Pagar por renta, recibir por población
El hecho es que Mas-Colell pide casi a gritos –aunque no es precisamente su estilo– que el Gobierno central reaccione y que no haga pagar el ajuste del déficit únicamente en las autonomías. La frialdad de los datos muestra, según el Govern, que Catalunya aportó el 19,2% de los ingresos del Estado, cuando su peso económico es del 18,6%.
Y que recibió el 14% del gasto total, cuando su población es del 16%. Con el cálculo del método carga-beneficio la aportación es del 18,9% del total de ingresos, mientras que recibe el 15% de gasto.
El Govern pide reequilibrar esa situación. “En caso contrario, no podremos prestar servicios equivalentes a los de un país de la Unión Europea a 15”, en referencia a los países más punteros de Europa, según Mas-Colell.
Otra cosa es cómo gestione la Generalitat su presupuesto, dentro de sus posibilidades, y qué recortes efectivos ha podido o ha querido realizar desde 2010, cuando el President Artur Mas accedió por primera vez al cargo.