Convergència explota contra la CUP y complica la gobernabilidad de Puigdemont
Francesc Homs asegura que los anticapitalistas sólo buscan "discusiones ridículas entre independentistas"
La frágil coalición entre Junts pel Sí y la CUP hace aguas. Convergència Democràtica ha comenzado a situar sus límites. El portavoz de CDC en el Congreso, Francesc Homs, ya no se muerde la lengua, y ha constatado que el gobierno catalán lo tendrá muy complicado si no encuentra nuevos socios, a pesar de los esfuerzos del president Puigdemont. Homs ha acusado a la CUP de buscar sólo «discusiones ridículas entre independentistas», después de que la formación anticapitalista haya presentado una moción en el Parlament en la que insta a que se aplique la resolución soberanista que se aprobó el 9N.
Esa declaración, en la que se reclamaba que se hiciera caso omiso a posibles sentencias del Tribunal Constitucional, quedó anulada, precisamente, por el mismo tribunal. «Soy crítico con esto. Cuando la CUP hace ésto, ¿busca convencer a gente que no está convencida o busca poner en contradicciones a los que ya estamos convencidos? ¿A qué responde ésto? ¿Qué sentido estratégico tiene?», se ha preguntado el portavoz parlamentario de Convergència, en una entrevista en Europa Press. Esas iniciativas podrían ser constantes, porque la CUP sigue pensando que Junts pel Sí, y en concreto CDC, nunca se ha tomado en serio el proceso independentista.
Iniciativas «ridículas»
La Mesa del Parlament deberá decidir este martes si tramita o no la moción. ¿Cada semana tenemos que votar que estamos convencidos?, me parece que roza lo ridículo», ha asegurado Homs, consciente de que la CUP mantendrá esa presión. Esa posición de la CUP, en el proceso soberanista, se une a la necesidad de sacar adelante el presupuesto de este año. Junts pel Sí busca, primero, el apoyo de los anticapitalistas, con quienes lograron evitar unas nuevas elecciones con la elección de Carles Puigdemont en sustitución de Artur Mas.
La CUP se niega a apoyar unas cuentas que no comporten un aumento notable en el gasto social. Si Convergència y Esquerra, unidas en Junts pel Sí, no obtienen ese apoyo deberán buscar a otras fuerzas políticas que le pedirán, precisamente, otra actitud respecto al proceso independentista. Por eso, algunos miembros de Convergència, como Antoni Fernández Teixidó, que abandonó la ejecutiva del partido, se refieren a un gobierno de «colisión», más que de coalición, convencidos de que Junts pel Sí no podrá durar por mucho tiempo sin caer en graves contradicciones internas, teniendo en cuenta esa dependencia en estos momentos de la CUP.