Ciudadanos se erige en la tercera vía en España con el apoyo de los liberales europeos
La contribución de los economistas Luis Garicano y Manuel Conthe ha provocado un punto de inflexión y el partido aspira a entrar en la mayoría de parlamentos autonómicos
«Congratulations to Albert Rivera for great result in Andalucia».
Era el lunes 23 de marzo, un día después de las elecciones andaluzas, y el autor de la felicitación en su cuenta de Twitter era Guy Verhofstadt, el presidente del Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa (ALDE).
Ciudadanos es ahora la niña bonita de los liberales europeos, porque consideran que las expectativas de futuro se pueden hacer realidad. Verhofstad, un flamenco belga, abrió las puertas de par en par a Ciudadanos y UPyD en el grupo liberal tras las elecciones europeas de 2014, ante el pasmo del diputado de Convergència Democràtica, Ramon Tremosa, que trató de impedirlo.
Los cuatro diputados de la formación de Rosa Díez, y los dos de Ciudadanos, eran una promesa para los liberales europeos, que desean vehicular una tercera voz entre la familia socialdemócrata y la democristiana-popular.
El punto de inflexión, el programa económico
El reto ahora para Ciudadanos es convertirse, realmente, en esa tercera vía en España. Los resultados en las elecciones andaluzas, con nueve diputados, han catapultado a la formación, que nació en Cataluña con las elecciones autonómicas de 2006, y que aspira ahora a tener representación en 12 de los 13 parlamentos autonómicos que se eligen el 24 de mayo. En los últimos tres meses han aumentado los militantes de 12.000 a 18.000, y tienen solicitudes cada día.
El punto de inflexión para Ciudadanos, que ha dejado en la cuneta a UPyD, fue el anuncio de la colaboración de dos economistas, Luis Garicano y Manuel Conthe. Este último, que fue presidente de la CNMV entre 2004 y 2007 –dimitió por discrepancias con el organismo tras decidir que no abría un expediente sancionador a Enel y Acciona por las operaciones en la OPA sobre Endesa– colaboró en actos de Movimiento Ciudadano, el precedente de la formación en toda España.
La llamada a la puerta de Ciudadanos de Garicano y Conthe
Fuentes de la dirección del partido de Albert Rivera explican que se trató de un acercamiento protagonizado por ellos mismos. Conthe, y Garicano se fueron interesando por las propuestas de regeneración de Ciudadanos y llamaron a la puerta, sin conocer personalmente a Rivera. Esa operación se ha visto favorecida por el apoyo de sectores económicos, principalmente establecidos en Madrid, que han visto en Ciudadanos una gran oportunidad para lograr una tercera vía.
Y «se ha dado una confluencia perfecta de situaciones y de planteamientos», explica un dirigente de Ciudadanos, que ve en los dos economistas un plan muy ambicioso para gobernar España a medio plazo.
El programa económico de Garicano y Conthe se ha dividido en seis capítulos, «porque abarca desde la fiscalidad, hasta una amplia reforma del sector educativo». Los economistas consultados admiten que, se coincida o no con los dos ‘fichajes’ de Rivera, «lo que plantean es serio, tiene calado, y forma parte de un plan de reformas necesario».
Conexión con Europa
Fuentes de Ciudadanos rechazan, sin embargo, que la conexión de Garicano con los liberales europeos haya sido determinante, aunque reconocen que tendrá influencia. Garicano es profesor en la London School of Economics (LSE). Estudió un máster en el Colegio de Europa de Brujas, en Bélgica. En la misma promoción estudiaron allí Nick Clegg –ahora viceprimer ministro británico y líder de los liberales demócratas– y la que sería su mujer, Miriam González Durántez, española, hija de un alcalde y senador del PP ya fallecido, José Antonio González Caviedes.
Y las relaciones, «en ambientes intelectuales similares» ayudan.
De izquierdas o de derechas
La etiqueta liberal tiene distintas connotaciones. A Garicano, algunos economistas netamente liberales, lo definen como un socialdemócrata. En el programa económico figura una ayuda pública, como un complemento a los salarios más reducidos, y una ley de segunda oportunidad para las familias hipotecadas.
Dirigentes del PP insisten en que Ciudadanos «será una muletilla del PSOE, porque son claramente de izquierdas». Y sectores socialistas los ven, sin titubear, como un partido que puede sacarle las castañas del fuego al PP, con acuerdos de gobernabilidad.
«Da igual lo que digan, porque se trata de ser el centro del PP, y el centro del PSOE, con el único objetivo de impulsar reformas profundas, que signifiquen un cambio de verdad», afirman los dirigentes de Ciudadanos consultados, que tienen claro que, en todo caso, son «una fuerza progresista».
El PP se cura en salud, y deja de criticarles
El mundo económico está encantado con Albert Rivera, eso es cierto. Hasta tal punto, que los dirigentes del PP han comenzado a variar su posición. «Me gustaría que Ciudadanos estuvieran en el PP», aseguró la candidata a la alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre. Y la candidata a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha alabado también la figura de Rivera. Todos han reaccionado después de que el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, descalificara a Ciudadanos por tener su origen en Cataluña.
Pero esa es, precisamente, la clave. «Si triunfa Ciudadanos, y estamos en ello, los partidos nacionalistas dejarán de hacer chantaje en Madrid», afirma un cargo electo de Ciudadanos.
El precedente ‘catalán’ de la Operación Roca
Lejos queda la llamada Operación Reformista u Operación Roca, de 1984, que protagonizó Miquel Roca, en la que estaba también implicado Florentino Pérez.
El Partido Reformista, que era CiU en Cataluña, no consiguió ni un solo diputado. Pero Roca logró 18 escaños –el mejor resultado de la historia de CiU en unas elecciones generales– en el Congreso. Es decir, quien hizo de partido bisagra fue CiU, aunque no pudo ejercer de verdad hasta que el PSOE no perdió la mayoría absoluta, en 1993.
Suárez también lo intentó
El otro intento, que convivió con el de Miquel Roca, fue el CDS, el partido de Adolfo Suárez, tras la debacle de la UCD. Se creó en 1982. Sólo obtuvo dos diputados. El éxito llegaría en 1986, con 19 escaños, que se transformaron en 23, con la entrada de otros representantes. Llegó a estar presente en 13 parlamentos autonómicos, pero a partir de 1989 comenzó a decaer. El giro hacia la derecha, rompiendo su equidistancia entre el PSOE y el PP, –Ciudadanos deberá tomar nota de eso– repercutió en las elecciones municipales y autonómicas de 1991, año en el que dimitió Suárez.
Ahora podría ser distinto. El PSOE y el PP mantienen el bipartidismo en pie, como se ha demostrado en las elecciones andaluzas, pero no dejan de perder apoyos.
¿Cambiar o no de verdad?
Ciudadanos cuenta con el aliento de los liberales europeos, que quieren tener influencia en España, y también con el apoyo de sectores económicos, de grandes empresas, que buscan reformas. La duda es si las quieren para que todo se mantenga, o las desean de verdad para que España dé un salto cualitativo.
Ciudadanos deja claro que desea «cambios sustanciales, en todos los ámbitos». Podría ser la tercera vía en España, en la que fracasaron tantos otros, desde Suárez hasta Roca.